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Sergi Toledo

El Perot se queda

La reforma de la avenida Lidón se convertirá, con los años, en el símbolo de lo que significó el gobierno de la socialista Marco para Castellón: una obra innecesaria en una de las avenidas en mejor estado de la ciudad y contra la voluntad vecinal, ampliamente manifestada.

Casi tres millones y medio de euros va a costar la reforma, algo que desde las filas socialistas han intentado minimizar argumentando que la mitad de la inversión la costea Europa, sin darse cuenta que el dinero europeo también sale de nuestros impuestos y es dinero público. Mientras el tripartito hace esa mega inversión contra la voluntad vecinal, los grupos vecinales que rodean la ciudad siguen abandonados, la Marjaleria olvidada y muchas calles de Castellón necesitadas de parte de esa inversión.

Es una obra que empezó mal, con oscurantismo, sin contar con los vecinos y con continuas modificaciones a golpe de ocurrencia, caso muy parecido al de la plaza de la Paz. Uno de los cambios que ha creado más crispación ha sido la voluntad de los socialistas de mover el Perot de Granyana y los bueyes, trasladándolos a la explanada del Auditorio.

Quejas vecinales

Finalmente, las quejas vecinales, que llegaron a impulsar una recogida de firmas, no fueron suficientes pero, tras los diferentes informes técnicos de la Conselleria y los propios técnicos de la casa que desaconsejaban mover la imagen por el riesgo de rotura, Perot se queda donde estaba, por obligación. Un sainete que nos podríamos haber evitado si el tripartito hubiese escuchado desde el primer momento a los vecinos y al PP, algo que bien podrían aplicar a la cruz del Ribalta, a las cámaras del centro y al Castellón central, o a obras innecesarias como la de Lidón o la Paz.

Un gobierno que se olvida de los castellonenses, se prepara para ser olvidado por ellos en unos meses.

Secretario general y portavoz adjunto PPCS

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