MADRID. Si los juzgados de Madrid fueran una joyería, los Obregón no hubieran tenido ningún problema en posar para las cámaras y acercarse a los micrófonos. Pero lo de ayer no fue ningún sarao, sino una citación judicial por presunta estafa. Los padres y la hermana de Ana Obregón, se desvincularon ante el juez de la quiebra de su empresa (la constructora Jotsa) y explicaron que la abandonaron para dedicarse a los negocios inmobiliarios. EPC