El Prestige no sólo se ha llevado al fondo del mar miles de toneladas de fuel, sino también buena parte de la estabilidad del Gobierno de Fraga (PP). Fuentes cercanas al presidente de la Xunta reconocen que la remodelación del Ejecutivo gallego, que se realizará este mes, será mucho más profunda de lo previsto y podría afectar a la mitad de las carteras.

El día 1 de diciembre, Fraga se dio cuenta de la división de su Gabinete. Ese día, el consejo extraordinario del Ejecutivo autonómico demostró que había dos facciones. La primera, partidaria de romper con Madrid por su dejadez en la catástrofe del Prestige, estaba liderada por el conselleiro de Obras Públicas, José Cuiña. La segunda, a favor del seguidismo con la dirección del PP, estaba abanderada por el titular de Pesca, Enrique López Veiga, y el de Economía, José Antonio Orza.

REESTRUCTURACIÓN MASIVA

En principio, Fraga tenía previsto realizar sólo dos cambios: los de las consejeras de Familia, Manuela López Besteiro, y de Asuntos Sociales, Corina Porro, para facilitar su trabajo como candidatas a las alcaldías de Lugo y Vigo, respectivamente. Sin embargo, la situación en su Gabinete forzará con toda probabilidad al presidente gallego a realizar una reestructuración bastante más profunda que afectará a seis de las 14 carteras.

En noviembre, el presidente de la Xunta de Galicia aseguró tajantemente que no habría más de dos cambios. Ayer, su discurso fue muy distinto y reconoció que todos sus conselleiros le informaron sobre los fallos cometidos por cada departamento. Es más, le recomendaron casi unánimemente "plantear otras cuestiones de tipo general e incluso orgánicas", según Fraga.

El futuro del conselleiro de Obras Públicas, José Cuiña, es uno de los más inciertos tras protagonizar la revuelta contra la dirección central del PP en Madrid. La cadena SER aseguró ayer que Cuiña había puesto su cargo a disposición de Fraga. El PP, sin embargo, lo desmintió. Y Fraga también al asegurar que nadie le había presentado su renuncia. Insistió en que Cuiña es uno de sus conselleiros "más antiguos" y uno de sus "más conocidos colaboradores".

La crispación en el seno del Ejecutivo autonómico se completó ayer con la paralización de la comisión de investigación sobre el Prestige en el Parlamento gallego, que no pudo retomar su actividad. La ausencia anunciada de socialistas y nacionalistas impidió el quórum necesario para continuar con la agenda.