De una u otra forma, el amor está presente siempre en cada obra de José Saramago, pero el escritor portugués, que ayer presentó su nueva novela, El hombre duplicado, asegura que él no escribe "por amor, sino por desasosiego". "Escribo porque no me gusta el mundo donde estoy viviendo".

"Los escritores viven de alguna manera de la infelicidad del mundo, y si llegásemos a la felicidad colectiva, a la armonía universal, se acabó, no habría más que escribir", decía ayer Saramago ante decenas de periodistas que acudieron al Círculo de Bellas Artes para oír al premio Nobel de Literatura descifrar algunas de las claves del citado libro, publicado en España por Alfaguara con una tirada inicial de 160.000 ejemplares.

La nueva novela de este escritor que acaba de estrenar los 80 años se abre con una cita del Libro de los contrarios: El caos es un orden por descifrar, y en cierto modo esa máxima rige El hombre duplicado, en el que el autor luso reflexiona sobre los problemas que plantea la identidad y se adentra en las esencias y contradicciones de la condición humana.

Tras publicar La caverna, Saramago pasó varios meses sumido en "la perplejidad" y en "la indecisión" porque no se le ocurría un tema para un nuevo libro. De repente, el 1 de noviembre del 2001, se le presentó la idea mientras se afeitaba; comenzó a escribir la novela el 18 de enero del 2002 y la terminó a finales de agosto.

AIRES DE TRAGEDIA

"Ha sido una novela escrita con más rapidez que otras, quizá porque tenía muy claro el tema", dijo Saramago, para quien El hombre duplicado tiene aires de "tragedia", si bien hay en el libro el humor y la ironía habituales de su obra. Un humor y una ironía, matiza el escritor, que en el fondo no hacen sino disfrazar el miedo que siente el hombre.