El cerco al conductor bebido ha disparado la venta de los alcoholímetros de bolsillo, unos aparatos de reciente introducción en España que, al menos en teoría, permiten detectar si se superan los límites legales de alcohol en sangre. Su uso está desaconsejado por la Dirección General de Tráfico (DGT), pero el resto de expertos y autoridades consultadas no comparten estas reticencias, siempre que se haga una "utilización responsable" del mismo.

Los nuevos aparatos pueden adquirirse a través de numerosas webs de televenta y en la mayoría de tiendas de repuestos de automóviles y gasolineras. Su auge ha sido tan grande que Adri Valente, portavoz de tupda.com, una de las páginas de internet que los distribuye, asegura que las existencias se han agotado. En los últimos cinco meses, han vendido unos mil aparatos a la semana, especialmente a empresas de transportes que los regalan a sus empleados.

SIN HOMOLOGAR Los más sofisticados funcionan de modo casi idéntico a los alcoholímetros de los agentes de tráfico y ofrecen los datos de forma digital. Sólo hay que conocer los límites legales --0,3 gramos de alcohol en sangre para noveles y profesionales y 0,5 para el resto--, y asegurarse de que no se rebasan antes de tomar el volante.

Tráfico esgrime, sin embargo, varias razones para oponerse a su uso. En primer lugar, su falta de fiabilidad. "Ni están homologados, ni son sometidos a pruebas periódicas como los que utilizan los agentes", explica un portavoz. "Además, la curva de cómo va afectando el alcohol al conductor varía según el momento, lo que se ha comido o las características de la personas", añade.

La DGT argumenta también que el aparato puede llegar a estimular la ingesta de alcohol, "induciendo a los jóvenes a hacer competiciones de a ver quién da un índice alto más rápido" o llevando al conductor a "jugar con lo límites legales", cuando lo que "hay que recomendar es que si se conduce no se beba nada".

Un portavoz del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), que los vende a través de su web, cree que si el conductor ha bebido es mejor que no conduzca, pero, si por la razón que sea, decide coger el volante, "es mejor que lo haga sabiendo el nivel de alcohol que ha consumido. Por eso los vendemos".

Urs Rothmayr, responsable de la web del RACC, precisa que sus alcoholímetros han sido "sometidos a rigurosas pruebas".