El príncipe Alberto de Mónaco, que preside la Comisión Internacional para la Exploración Científica del Mar Mediterráneo (CIESM), dijo ayer en Barcelona que la erosión y la construcción son las principales amenazas que debe afrontar el Mediterráneo en los próximos años.

El heredero del Principado de Mónaco presidió la sesión inaugural de la 37 edición de la CIESM, que se celebra en el marco del Fórum Barcelona 2004, y tras señalar los riesgos que acechan al Mediterráneo, se mostró optimista respecto a la regeneración de las áreas más degradadas del Mare Nostrum y a la conservación de los ecosistemas marinos. "No quiero creer en un Mediterráneo degradado por el progreso", afirmó, antes de abogar por un avance en la solución de muchos de los problemas ecológicos que acechan a este entorno.

Alberto de Mónaco se refirió también al "choque absurdo de religiones", a las guerras civiles y a la intolerancia que se ha vivido desde los orígenes de la humanidad en torno al mar Mediterráneo, y comparó esta situación a la Barcelona actual, "una ciudad abierta, de paz y tolerante", dijo.