Un limitador que marque obligatoriamente al conductor la velocidad máxima, sin posibilidad de que éste la modifique. La Unión Europea estudia esta opción, la más radical, desde hace años, pero ni los técnicos ni los políticos se ponen de acuerdo. Sólo hay una coincidencia: si se acaba implantando, será a medio o largo plazo. El sistema ya es obligatorio para camiones y autocares y a partir del 1 de enero se extenderá a vehículos industriales de más de 3,5 toneladas. El Instituto Universitario de Investigación del Automóvil está probando un sistema capaz de informar al limitador de la velocidad máxima en función de la vía.