Italia mantiene un sistema de financiación de la Iglesia similar al que hasta ahora se aplica en España. Desde 1983, el 0,8% del IRPF de los católicos que así lo deciden es para la Iglesia. Si no llega a los 900 millones de euros, el Estado le garantiza una subvención por la diferencia. El actual Gobierno progresista no prevé revisar este sistema de financiación, pero sí aspira a reinstaurar el gravamen a los bienes inmuebles no de culto que suprimió Silvio Berlusconi.

Francia lleva un siglo de laicidad, desde la ley de 1905. La norma separa Iglesia-Estado y no prevé financiación pública alguna para el catolicismo. Solo la isla de Guadalupe y tres departamentos del país (Mosela y Alto y Bajo Rin) mantienen el concordato de 1801 que provee de dinero público las arcas de la Iglesia. El Estado se encarga de mantener 40.000 iglesias que son de su propiedad.

Las dos principales iglesias de Alemania, la católica y la protestante, se financian mediante el pago de un "impuesto eclesiástico", que se cobra a todas las personas que se declaran miembros de esa confesión. Los judíos también pagan el "impuesto de culto judío", que es equivalente al anterior.

El Reino Unido no financia ninguna Iglesia. La más extendida es la anglicana (un 29% de la población), seguida de la católica con un 11% y de otras confesiones cristianas con el 14%.