"Hace ya muchos años que sé que todos podemos acabar en la calle". Son palabras de Arturo San Agustín, periodista que acaba de publicar La noche que quemaron a la mendiga (Esfera de los Libros), un relato periodístico sobre la vida de María del Rosario, apaleada y quemada viva por dos adolescentes cuando dormía en el cajero de una entidad bancaria en Barcelona en diciembre del 2005. Fue un hecho espeluznante protagonizado por veinteañeros que conmocionó a la sociedad, por el sinsentido de la acción y por los asesinos, hijos de familias de clase media.

La investigación del autor le lleva a desentrañar las oscuras causas que llevan a acabar en la indigencia y eleva a categoría de protagonista a aquellos que por la consecuencia de sus propios actos o por la mala suerte acaban sumidos en el más profundo pozo del olvido social.

De la mano de un personaje al que el autor llama La Calle --un abogado alcohólico e indigente que sobrevive durmiendo en los portales--, describe la existencia de María del Rosario en forma de crónica periodística sin urgencias y conversaciones con protagonistas marcados por el infortunio y la soledad. Asegura San Agustín que no busca culpables, que sale a la calle para contar lo visto y oído, ayudar a entender la marginación sin utilizar el dolor ajeno, consciente de que el éxito y la indigencia están separados por una línea más delgada de lo que se piensa.