La californiana Mary Kalin-Casey tecleó el pasado año su dirección en Street View, acercó la imagen resultante y vio a su gato en la ventana. "Incluso podía ver que era atigrado", declaró entonces. "El siguiente paso será poder ver los libros en mi estantería. Si el Gobierno estuviera haciendo esto, estaríamos escandalizados". Kalin Casey pidió a Google que quitaran la imagen. Finalmente, lo consiguió.

En marzo de este año, el Departamento de Defensa norteamericano prohibió que Google tomara imágenes en primer plano de instalaciones militares, tras conocerse que con Street View podían verse los puestos de control del fuerte Sam Houston, en San Antonio (Tejas).

Google insiste en que las imágenes de Street View están tomadas desde lugares públicos, pero Aaron y Christine Boring, un matrimonio de Pennsylvania, demandaron en abril a la compañía por las fotos que había capturado de su casa, a la que se accede por una carretera privada. Los demandantes decían que las imágenes habían disminuido el valor de su propiedad.