Este es un artículo de alto riesgo. Tal vez cuando hoy lo lean los Sarkozy ya hayan sido papás. O tal vez todavía no. En cualquier caso, la historia del embarazo interminable de Carla Bruni vale lo mismo. Y es que han pasado casi cuatro años desde que se empezó a hablar de un posible embarazo de la excantante. Fue justo en el momento en que la pareja oficializó su sorprendente relación, apareciendo rodeada de Mickey y Minnie Mouse en Disneyland París.

Sin embargo, en febrero de este año la noticia cobró más fuerza y la barriguita de Bruni se convirtió en el centro de todas las miradas y conversaciones, pues, además de llenar las páginas de la prensa rosa, inspiró la publicidad de una empresa de alquiler de coches y el mismísimo Woody Allen dio su opinión al respeto. Desde entonces, no ha pasado ni un día sin que se hable del embarazo presidencial, tanto que parece estar durando más de la cuenta.

En realidad, los únicos que no parecen querer hablar del tema son los futuros papás. Excluyendo una entrevista concedida recientemente en la que la exmodelo desmintió conocer el sexo del bebé, no han soltado ni un detalle sobre el acontecimiento. Ni siquiera se molestaron en comunicar la noticia, ya que fue el padre del mandatario francés, Pal, quien se encargó de confirmar lo que ya era un secreto a voces, añadiendo que el parto tendría lugar el 3 de octubre, cuando la mayoría de los medios apuntaban a que no se produciría antes de noviembre.

Sea como fuere, el futuro acontecimiento ha provocado un auténtico revuelto alrededor de la clínica parisina de La Muette, donde decenas de paparazis montan guardia desde hace dos semanas. Algo asombroso si se tiene en cuenta que en ningún momento los interesados han dicho que ese será el lugar de nacimiento de su primer hijo. Algunos empleados del hospital, sin embargo, acostumbrados a tener entre sus pacientes a personalidades como la exministra de Justicia francesa Rachida Dati y la cantante y actriz Charlotte Gainsbourg, incluso han confesado que nunca un nacimiento había creado tanta expectación.

NERVIOSISMO Los nervios por la llegada del retoño ya han jugado alguna mala pasada. Varios medios han desvelado la "falsa" noticia del alumbramiento. Sin embargo, esta misma semana, los Sarkozy han zanjado las especulaciones saliendo a cenar. Bruni también fue fotografiada el jueves paseando por el jardín de su residencia y realizando compras en una tienda especializada en ropa infantil, evidenciando que el parto aún no ha sucedido.

Más datos que han alimentado a la prensa rosa internacional y han dado juego a numerosas bromas entre los humoristas franceses que se mofan de la expectación ante este embarazo. Sin embargo, muchos de ellos han reconocido que de tanto hablar del tema, ya ni hace gracia.