Por culpa de su enfermedad Robert Cabré toma seis medicamentos al día. “Es el problema de tener una enfermedad multisistémica”, dice. A Cabré, nacido en Barcelona, le diagnosticaron hace 10 años síndrome de fatiga crónica y fibromialgia y desde entonces su vida está ligada a los fármacos. Por el cóctel que le mantiene en equilibrio no había tenido que pagar hasta ahora, porque tiene la invalidez y de la factura se ocupaba la Seguridad Social, pero con el copago pagará 8 euros mensuales. No es mucho. Es lo que implica.

“Entiendo que en la sanidad ha habido mucha malversación de los gerentes y ahora se nos responsabiliza a los enfermos”. Cabré es un enfermo crónico, miembro de una de las poblaciones más vulnerables a la medida que hoy entra en vigor. Personas que consumen muchos fármacos.

Enrique Rodríguez, de 67 años, que nació en Campofrío, Huelva, y vive en Barcelona, cobra una pensión de jubilación y tiene su propia macedonia de medicamentos. Hasta ahora no le costaba nada; a partir de ahora le costará cada mes 8 euros. “Lo que no entiendo es que después de cotizar 46 años en la Seguridad Social, ahora que llego a la jubilación me encuentro con esto”, dice.

Una familia. Con hijos. Igual a resfriados, gripes, fiebres, toses. “Cuando más medicamentos compras es en invierno. Yo calculo que en un mes puedo gastar 25 euros, más o menos”. Silvia Fontas y sus dos hijos: Claudia, de 6 años, y Bruno, de 3. Si la factura mensual fuera de exactamente 25 euros, que varía y nunca lo es, aumentaría, copago de por medio, a más de 31. “Es un golpe asumible económicamente, pero el problema es el fondo de todo esto. El copago me parece injusto, inaceptable”. H