126.000 dependientes mueren sin prestación
Los recortes sociales siguen pasando una macabra factura. El número de dependientes reconocidos que han fallecido desde diciembre del 2011 sin haber podido disfrutar de su prestación asciende ya a 126.000, según el balance de legislatura presentado este viernes por el Observatorio Estatal para la Dependencia. El documento cifra en 2.865 millones de euros el hachazo que Mariano Rajoy ha asestado al sistema de ayudas instaurado por su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero.
Los datos de la lista de espera son también preocupantes. 1,1 millones de personas tienen reconocida su situación de dependencia, pero de ellas, nada menos que 384.326 siguen en lista de espera, sin poder acceder a ayuda alguna. Y de esa cantidad, más de una cuarta parte, 106.000, son grandes o graves dependientes.
Cuántos de esos casi 400.000 morirán antes de poder disfrutar de su prestación, depende de las decisiones que se tomen a partir de ahora. José Manuel Ramírez Navarro, el presidente de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales que ha creado el observatorio, segura que ha llegado el momento de “tomar una decisión”. “O se invierte de manera decidida e inteligente o se asume que no se puede garantizar el derecho a la dependencia reconocido por la ley”, ha advertido a los integrantes del futuro Gobierno, sea este cual sea.
La decisión a tomar es muy simple, para Ramírez. “Con los 2.800 millones recortados se podría empezar a atender a todos los incluidos en la lista de espera”, certifica. No sería una decisión frívola ni ruinosa por el retorno en impuestos, empleo y cotizaciones sociales que generaría, según el informe. Si efectivamente se atendiera a esas 384.000 personas en espera, se generarían 90.000 nuevos empleos. H
Más en Sociedad
-
Sorteo Bonoloto del sábado 4 de mayo de 2024
-
Las redes sociales engrasan la fuerte ofensiva del negacionismo climático: uno de cada tres tuits lo es
-
Prevenir una amenaza terrorista en alta mar en A Coruña
-
Las ONG temen que la Isla de Alborán se convierta en una "prisión flotante" encubierta para inmigrantes