El poderoso huracán Harvey, el mayor en golpear Estados Unidos en doce años, ha dejado ciudades devastadas en la costa este del estado de Texas y la amenaza de precipitaciones torrenciales que podrían causar «dramáticas inundaciones», con una altura de hasta 1,3 metros. «Nuestra principal preocupación siguen siendo unas inundaciones dramáticas», dijo hoy el gobernador texano, Greg Abbott, en una rueda de prensa en Austin (Texas).

De hecho, cerca de 300.000 personas en Texas se han quedado sin electricidad y la vuelta de la corriente podría tardar días debido a los fuertes vientos, según manifestó el gobernador. A pesar de que las previsiones apuntaron a que el ciclón llegaría hasta el estado de Luisiana, Harvey se quedará las próximas 48 horas en Texas hasta desaparecer. Se trata del primer desastre natural al que se enfrenta Donald Trump.