Es una forma de hacer que se lo piensen dos veces», dice J. M. «Yo llevo un par de años con ellos puestos. Son la primera barrera ante el robo», comenta T. G. Ambos ciudadanos prefieren mantener el anonimato porque «los ladrones también leen periódicos». Confiesan que son conscientes de que forman parte de «un movimiento social» que está creando tendencia: usar carteles de alarma disuasorios sin tener una alarma instalada. Hacen creer al ladrón que su vivienda o local está protegido, pero en realidad no lo está.

En internet proliferan decenas de anuncios de este tipo, en los que se venden placas y pegatinas que alertan sobre una zona de videovigilancia conectada a una alarma. Hacerse con ellas es fácil y económico. El precio oscila entre los 5 y 20 euros, y plataformas on line como Ebay, Milanuncios y Wallapop, no dejan de incluir ofertas un día tras otro.

Sin embargo, muchos carteles que están en venta son originales de empresas de seguridad privada que no han dado su consentimiento para que se comercie con placas que llevan su logotipo. Otras pegatinas son literalmente calcadas a las originales.

USO FRAUDULENTO // «Los carteles son propiedad de la compañía, y está prohibida expresamente la venta y distribución de los mismos», advierte al respecto una representante del departamento de comunicación de Securitas Direct, Jennifer López. La empresa de seguridad sueca, una de las principales afectadas, junto a Prosegur, por la venta de carteles «disuasorios», es consciente del uso fraudulento que se hace de la marca. «Monitorizamos de forma constante nuestros activos, y en cuanto se activa la alerta de una posible venta irregular de estos carteles u otros productos, enviamos un requerimiento a la plataforma en cuestión instándole a retirar el anuncio con carácter urgente», explica López.

Pero, a pesar del protocolo de actuación de las empresas de seguridad, muchos de estos anuncios siguen a la vista en el mercadillo ambulante de internet. Algunos de los particulares contactados que se dedican a vender carteles disuasorios, sueltos y en packs de ahorro, bajo el eslogan de «la mejor alarma sin cuotas» dicen no saber si la práctica está prohibida, aunque la gran mayoría simpatizan con la teoría del todo vale en el zoco de internet.

«Esto no es ilegal, es como poner un cartel de cuidado con el perro», asegura uno de los vendedores, quien afirma haber vendido cientos de ellos «sin ningún problema». Tienen de todo tipo de tamaños y modelos. De material reflectante, resistente a las inclemencias del tiempo y duradero. «No estamos cometiendo ningún delito, simplemente ponemos a disposición de los ciudadanos recursos ingeniosos y más baratos que las propias alarmas para disuadir a los ladrones y protegerse ante posibles hurtos», dice otro vendedor, que reconoce el «éxito inesperado» de estos sistemas antirrobo de pega.