Hace unos días fue muy criticado en las redes sociales el tratamiento mediático que se está haciendo del coronavirus a raíz de un vídeo en el que un reportero informaba sobre las últimas novedades con una mascarilla puesta. Las autoridades sanitarias no recomiendan su uso, pero sí aconsejan, sin embargo, una buena y constante higiene de manos. Muchas voces acusaron a los medios de comunicación de crear alarmismo en torno al virus. Los síntomas del covid-19 (el nombre científico del coronavirus) son similares a los de un resfriado o gripe común, y el 80% de los casos son leves. No revierte gravedad, pero, aun así, existe una gran preocupación social al respecto. En algunos casos, se habla ya de auténtica psicosis.

«Es verdad que este tipo de actitudes (las del reportero con la mascarilla) no son las más cuidadosas. Y especialmente los medios de comunicación serios deben tener unas normas. Pero, en general, la alarma social existe independientemente de cómo informen los medios», opina Carme Ferré Pavia, profesora de Comunicación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). «La sociedad ha llegado a un punto en que, cuando le dicen que no pasa nada, se alarma. Nos decían que no pasaba nada con el chapapote (el petróleo vertido en la costa gallega a consecuencia del hundimiento del Prestige, en el 2002), nos decían que no pasaba nada con la crisis económica (que no existía, era desaceleración), a la gente de Zaldibar (Guipúzcoa) le dicen que no pasa nada, pero que no puede salir de casa... Por lo tanto, la alarma existe y, para mí, no hay un alarmismo creado por los medios», añade.

Ferré opina que «está bien» que las autoridades lancen «mensajes de calma», pero «no está bien que lancen mensajes de calma sin información». «Creo que los canales serios, más que alarmismo, están contribuyendo a un posible freno de esta alarma. Aunque también es verdad que incluso las cadenas más serias tienen espacios en los que se hace un poco de entretenimiento en torno a esto», prosigue. Las redes sociales «son muy difíciles de controlar y a través de ellas se difunden muchas fake news y teorías conspirativas».

Parodia en redes

Algunas personas se han tomado a risa la psicosis generada por el covid-19 creando un perfil parodia del virus en Twitter. Algún atrevido ha activado la cuenta @CoronaVid19, que ha superado los 418.000 seguidores (el Ministerio de Sanidad tiene 274.000).

La mayoría de sus tuits alcanzan decenas de miles de me gusta y retuits. De hecho, el tuit fijado («Estoy cerrando la gira mundial con mi representante»), publicado el martes, roza los 200.000 me gusta y los 40.000 retuits. Este diario ha intentado ponerse en contacto con la o las personas que están detrás de la cuenta y la respuesta también ha venido cargada del tono burlón que caracteriza sus tuits: «Pregunta, pero lo único que te puedo garantizar es un contagio». De momento, no ha habido más respuesta.

Gestionar la preocupación

«No hay que reírse de este tema. Este tema no da risa. Es preocupante», opina la psicóloga Ingeborg Porcar, también profesora en la UAB. Otra aspecto que destaca es saber gestionar de forma eficiente y seria la preocupación que genera en los niños el coronavirus. «Las escuelas y las familias suelen cometer el error de sobreproteger a los menores para no angustiarlos. Pero hablar es importante», dice. «Hay que hacer un esfuerzo para que los niños sepan lo que está pasando», insiste.

La información está por todos lados y, por tanto, los niños la absorben. Los menores no están capacitados para analizarla porque no tienen criterio. Por eso recomienda a los padres ser «absolutamente proactivos».