B uena parte de los expertos en enfermedades infecciosas recelan del plan de Navidad aprobado por el Consejo Interterritorial y de obligado cumplimiento. Consideran que las autoridades sanitarias han perdido la oportunidad de trasladar el mensaje de que nada de celebraciones navideñas con familiares o amigos porque la incidencia es muy alta.

Por ejemplo, Daniel López Acuña, exdirector de situaciones de crisis de la OMS, lo considera «un plan de mínimos muy mínimo». Lo relevante, opina, es el número de burbujas permitidas. El plan recomienda que no se superen los dos grupos de convivencia, pero a su juicio «falta definición» y hubiera sido preferible dejar claro que no hay que quedar a comer con quien no se conviva.

El portavoz del Gobierno, Fernando Simón, justificó la relajación de las restricciones porque «alguna concesión hay que hacer en una fechas tan especiales». Limitar la excepciones de los viajes a los familiares hubiera sido «injusto», a su juicio, al dejar fuera a personas que cada año participan en las celebraciones navideñas porque tienen un vínculo equivalente al familiar pero no tienen legalmente esta condición. De ahí el término de allegados que, en su opinión, puede ser tan difícil de controlar en un desplazamiento como la visita a un familiar. «No va a aumentar la posibilidad de saltarse la norma», añadió.

En cambio, el epidemiólogo Joan Caylà opina que las reuniones a 10 «deberían limitarse a dos o tres celebraciones en todo el periodo» y avisa de que aún faltan tres semanas para la Navidad y, por tanto, «las indicaciones deberían adaptarse a la evolución» de la pandemia en los próximos días.

José Martínez Olmos, exsecretario general de Sanidad y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, considera que incluir la posibilidad de visitar a «allegados» en otras autonomías «amplía mucho el foco». A su juicio, la estrategia es buena en la medida que traza un «plan común», que las diferentes comunidades podrán restringir más pero no flexibilizar, pero «comprobar los requisitos» de cumplimiento es prácticamente «imposible».

José María Molero, de la Sociedad de Medicina de Familia Semfyc, avisa de que aun cumpliendo los límites es «bastante difícil» mantener las medidas de prevención. «Las autoridades tienen que transmitir que es una situación que puede generar riesgos», concluye. H