La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) abre una nueva etapa a partir de este 1 de julio. Pasadas ya las restricciones por la pandemia de coronavirus, las estaciones de ITV en la provincia de Castellón, en Castelló, Vila-real y Vinaròs, retoman pruebas que dejaron de realizarse con la irrupción del coronavirus al no poder acceder los técnicos al interior de los vehículos siguiendo los protocolos marcados por la Conselleria de Sanitat con el fin de evitar posibles contagios.

Ahora, ya con la situación sanitaria más normalizada, la ITV actualiza su manual de procedimiento y añade dos importantes novedades a partir de este viernes 1 de julio. Si los usuarios que deben pasar la revisión han actuado correctamente con sus vehículos a la hora de realizar los mantenimientos, estas novedades no deben preocupar más allá de que pueda surgir algún imprevisto oculto, que todo puede ocurrir en las 'tripas' de coches, motos o camiones. Otro tema es si el vehículo tiene una procedencia que no está demasiado clara o ha sufrido manipulaciones, digamos, irregulares.

Revisión del número de bastidor

Durante estos años de pandemia, uno de los exámenes que, dependiendo del vehículo, no se ha podido realizar en la ITV es la de la verificación del número de bastidor, que puede encontrarse en diferentes puntos dependiendo del fabricante: grabado en el salpicadero del vehículo; en la plaza del fabricante, que puede estar en la zona de la puerta, en el vano motor, en el hueco de la rueda de recambio o debajo de los asientos; o troquelado sobre el chasis del vehículo.

Número de bastidor de un automóvil

Está prueba está destinada a verificar que el coche está en regla y que no procede, por ejemplo, del mercado negro de vehículos robados. El técnico comprobará, primero, que el número de bastidor se encuentra en el vehículo y, segundo, que no está manipulado ni borrado y que coincide con la documentación aportada por el propietario a la hora de pasar la revisión.

Revisión de la centralita electrónica

La segunda novedad importante en las revisiones de la ITV a partir del 1 de julio esta centrada en la lectura del sistema de emisiones mediante lector OBD (sistema de diagnosis a bordo). Esto supone que el vehículo se conectará mediante su centralita electrónica a un ordenador de la ITV. No es una prueba nueva, ya que está en vigor desde el 2018, pero desde inicios del 2020 se suspendió por motivos sanitarios, ya que su realización comporta que el empleado de la ITV deba acceder al interior del vehículo revisado.

Ordenador conectado a la centralita de un coche

El objetivo de esta prueba es que el vehículo cumple con los límites legales de emisiones y que no se han realizado manipulaciones para saltarse los mismos. También comprueba si hay averías ocultas que hayan sido borradas previamente o que no se han manipulado datos relevantes del vehículo, como el número total de kilómetros, por ejemplo.

Ojo con los neumáticos

Otra novedad a partir del 1 de julio es que los operarios de la ITV pueden echar hacia atrás la revisión del vehículo en la prueba de frenado si estos consideran, mediante una simple inspección ocular, que alguno de los neumáticos está en riesgo de reventón por desgaste, deformaciones u otras causas.