TRANSPORTE

Vigo, más lejos que nunca del País Vasco

La suspensión de la ruta de Air Nostrum a Bilbao este invierno dibuja un panorama inédito en movilidad

Renfe canceló el histórico Intercity a Irún durante la pandemia

El tren que unía Vigo e Irún,en una imagen de 2004.

El tren que unía Vigo e Irún,en una imagen de 2004. / J. LORES

Víctor P. Currás

La que en su día fue la quinta provincia para miles de gallegos se ha quedado aislada de Vigo. La suspensión de la histórica ruta de Air Nostrum entre Peinador y Bilbao dejará desde el 29 de octubre sin conexión directa a la ciudad con buena parte del País Vasco a pesar de las largas vinculaciones históricas, empresariales y sociales entre ambas regiones.

La decisión avanzada por Faro de Vigo, de Prensa Ibérica, el pasado viernes seguirá el camino –al menos durante este invierno– de la conexión por ferrocarril , ya que hace tres años Renfe canceló el Intercity con destino a Irún y Hendaya que permitía llegar a todas las capitales vascas.

En primavera de 2020 el coronavirus provocaba que circulara por última vez, corriendo la misma suerte que otros servicios históricos como el Trenhotel hacia Madrid y Barcelona. En 1996, cuando la aerolínea valenciana estrenó esta ruta la relación desplazaba a 16.615 viajeros anuales cuando los tiempos de viaje eran peores que los posibles en la actualidad.

Sin embargo, ni la llegada de la Alta Velocidad a Galicia en 2021 ni a Burgos el pasado año han desbloqueado esta situación. Se espera que en 2027 y gracias a la construcción del by-pass de Olmedo al sur de Valladolid se puedan ofrecer servicios directos de Alta Velocidad que empleen cinco horas, pero por el momento Renfe se ha limitado a ofrecer billetes combinados desde Miranda de Ebro que apenas ahorran unos minutos de transbordo.

Solamente el Alvia que conecta Galicia con Barcelona sigue parando en Vitoria-Gasteiz, aunque conseguir una plaza para sus nueve horas de viaje en él es casi misión imposible. “El Pulpo” abarca numerosas relaciones intermedias en sus más de 1.300 kilómetros, por lo que su única frecuencia diaria suele colgar el cartel de “completo” y no es posible realizar transbordo hacia Bilbao o la frontera francesa.

En autobús la situación tampoco mejora. Solamente Alsa ofrece una ruta “directa” de 12 horas y 15 minutos con una frecuencia al día, aunque el tiempo de viaje se puede reducir a poco más de diez mediante un transbordo en Oviedo. En cualquier caso, las tarifas para la misma alcanzan los 70 euros de media debido a la falta de competencia y el sistema de concesiones.

Las claves por tierra y aire

1) Adiós a una ruta operada a mercado

Desde 1996 Air Nostrum unía Bilbao y Vigo con varios vuelos semanales. Su objetivo es recuperarla en marzo durante el verano.

2) El tren, peor que hace 20 años

A diferencia de otras rutas a las que el AVE ha diezmado, el tren no es una alternativa viable en tiempos ni precios.

3) Rodeo de varias horas en bus

El servicio “directo” de Alsa tarda 12 horas entre Vigo y Bilbao, lo que limita los viajes de fin de semana.

Esta falta de opciones también la han sufrido especialmente los aficionados del Real Club Celta que han querido viajar a San Mamés, Anoeta, Mendizorrotza o Ipurúa estos últimos años. Es por ello que en la mayor parte de los casos han optado por viajes en autobús –como el fin de semana pasado a Donosti–, coche compartido durante casi siete horas o volar desde Oporto, A Coruña y Santiago.

Sin otras alternativas

“Si de normal tienes tiempo, no vuelas a Vigo o desde Vigo porque son carísimos” narra Samuel Pousa. En los últimos años ha llegado a pagar 200 euros por un solo billete a Peinador mientras que a Sá Carneiro ha volado por 9 euros sin apenas antelación en la compra. Este joven ingeniero formado en la UVigo forma parte de la numerosa colonia de gallegos residentes en Vizcaya, optando por el coche en la mayor parte de sus viajes ya que los únicos “chollos” son vuelos con escala en Madrid o Barcelona.

Este diagnóstico es compartido por Elena Martínez. “En general el norte está muy mal conectado entre sí y parece que solamente se puede viajar pasando por Madrid” señala. Durante su estancia universitaria en Pamplona comprobó como todas las combinaciones posibles obligaban a usar un enlace en Barajas. Y es que ni el aeródromo navarro, ni el de Logroño, ni San Sebastián ni el de Vitoria cuentan con rutas hacia el noroeste peninsular.

Ahora que sigue viajando a Euskadi por motivos familiares lamenta que la alternativa por carretera alcanza las 10 horas y que “por ese tiempo te pones en Nueva York”, lo que impide realizar viajes de fin de semana entre ambos puntos. Aunque en el pasado “Espero que recapaciten y lo vuelvan a poner, era un vuelo con buenos horarios y muy cómodo” recuerda como usuaria habitual del mismo.

Según confirmó a FARO un portavoz de la aerolínea valenciana, esta supresión se debe a un “descenso de la demanda en la temporada invernal” que han constatado en los últimos años. A pesar de que la ruta llegó a contar con once vuelos semanales por sentido, actualmente se limitaba a los lunes, viernes y domingos.

Las mismas fuentes señalan que esta suspensión se debe a que es utilizada principalmente por viajes de negocios, motivo por el cual ya era cancelada durante el mes de agosto y entre el 20 de diciembre y el 8 de enero. En 2006 situó su récord de pasajeros en 30.129 viajeros, aunque en la última década se estabilizó alrededor de los 12.500 anuales al emplearse aeronaves de capacidad limitada. Este año, con la recuperación de los CRJ-1000 de un centenar de asientos ya acumula 7.129 viajeros hasta julio, lo que supone un crecimiento del 65% respecto al 2022.

La cancelación de esta ruta limitará a cinco los destinos durante seis meses desde la terminal olívica: Madrid (Iberia y Air Europa), Barcelona (Ryanair y Vueling), Gran Canaria y Tenerife Norte (Binter) y Londres-Stansted. Esta última, operada por Ryanair a través de un convenio de promoción del Concello, es la única novedad y debido a su buena acogida mantendrá los tres vuelos semanales actuales.

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