Acoso sexual

"Tenemos al sobón a bordo": la plantilla censura la "indiferencia" del CSIC con los casos de acoso

Reprueba el trato hacia la desaparecida en el “García del Cid”, cuyo cuerpo nunca apareció: “Se la dejó sola”

El ente recomienda vestir bañador o no quedar a solas con otra persona

El buque oceanográfico "García del Cid", adscrito a la flota del CSIC.

El buque oceanográfico "García del Cid", adscrito a la flota del CSIC. / LIFE BLUENATURA

Lara Graña

Al otro lado del teléfono hay voces que gritan en voz baja. Con rabia, con pena. Y miedo. “Estamos con el sobón a bordo”; o un “¿cómo vamos a evitar verlo si estamos dentro de un barco?”; o este otro: “No se nos escucha, no se hace seguimiento de lo que denunciamos”. Voces, todas ellas, desde dentro de la agencia pública investigadora por excelencia de España: el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Donde trabajaba Carmen Fernández, canguesa de 43 años, desaparecida a bordo del oceanográfico García del Cid en la madrugada del pasado 10 de septiembre. El barco al que imploró no volver, donde había sufrido –como denunció judicialmente– una agresión sexual. La institución, adscrita al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, nunca atendió a su petición. Tuvieron que pasar seis meses para recibir una escueta explicación oficial, como avanzó Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica: que el García del Cid tiene un convenio laboral propio –es del año 2012– que no contempla la posibilidad de cambio de centro de trabajo. Carmen, madre de tres hijos, solo aguantó seis días dentro del buque “donde me acosaron. Nadie hace nada. Si no me encontráis, me tiré por la borda. Os quiero mucho”.

Es la plantilla, tanto del propio CSIC como del Instituto Español de Oceanografía (IEO) –que ahora depende orgánicamente del primero–, la que mantiene vivo el clamor que Carmen no puede dar. “La indiferencia que muestra el CSIC en el caso de Carmen nos resulta devastadora [...] Las múltiples preguntas que se han hecho sobre la protección de la trabajadora, la evaluación del riesgo que podría correr y la adopción de las medidas necesarias en este caso, que podía ser de riesgo grave, han sido ignoradas”. Este texto, facilitado a este periódico, es un extracto de una comunicación remitida, en los días previos al 25-N (Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres), a todos los centros de la institución. Lleva la firma del Comité de Igualdad del CSIC. “Si no se tramitan las denuncias por acoso sexual o por razón de sexo, si se disculpa la actuación de los acosadores, si no se adoptan medidas de protección de las mujeres que denuncian, si no se hace un seguimiento de estos casos –continúa el mensaje–, ¿qué significa la tolerencia cero?”.

El caso de Carmen Fernández, al menos en la vía judicial, ha quedado sobreseído pese a que no se cursó ninguna diligencia en los juzgados y que la Guardia Civil, como denuncia su familia, solo interrogó a cuatro de las 16 personas que iban a bordo. Han recurrido a la Audiencia Provincial: quieren que se vean las cámaras de cubierta, que se tome declaración a todos los embarcados y aportar luz sobre las condiciones en las que tuvo que trabajar esta mujer. Si se cierra la vía penal optarán por la administrativa: por qué el CSIC, si su propio protocolo habilita la opción de trasladar a empleados de centro, no lo hizo con Carmen amparándose en un convenio laboral ya vencido.

“La dejaron sola”.

La dirección del IEO al menos, como pudo verificar Faro de Vigo, desacreditó este mensaje enviado por el Comité de Igualdad. Y así consta en el acta de la Junta del IEO celebrada el 14 de diciembre. “El Director comunica que una cosa que hay que tener clara es que el Comité de Igualdad no es una representación sindical [...] El comunicado está redactado de manera desafortunada [...] y se está acusando la actuación del CSIC cuando se desconoce”.

Respuesta

El manifiesto oficial por el 25-N, firmado y validado desde la cúpula de la institución, lo aportaron la Comisión Delegada de Igualdad y la Comisión de Mujeres y Ciencia, cuyo papel puso en valor la pasada semana la ministra Diana Morant en sede parlamentaria al ser cuestionada por los casos de acoso. Su correo dice lo siguiente: “En determinadas condiciones de trabajo puede incrementarse el riesgo de que se produzcan conductas contrarias a la igualdad y dignidad de las personas. Precisamente debido a algunas de estas circunstancias, puede ocurrir que las víctimas tengan que soportar tales conductas inapropiadas o deban retrasar la interposición de denuncias”. Un mensaje contra el que responde, airada, una trabajadora del IEO contactada por Faro de Vigo. “¿Cómo que en determinadas condiciones se incrementa el riesgo? ¿Así que como estamos solos me expongo al riesgo de que me toques una teta? Viene a decir eso”, clama. Ella misma ha sufrido situaciones de acoso sexual a bordo.

"En determinadas condiciones de trabajo puede incrementarse el riesgo de que se produzcan conductas contrarias a la igualdad y dignidad de las personas. Precisamente debido a algunas de estas circunstancias, puede ocurrir que las víctimas tengan que soportar tales conductas inapropiadas o deban retrasar la interposición de denuncias". Un mensaje contra el que responde, airada, una trabajadora del IEO contactada por Faro de Vigo. “¿Cómo que en determinadas condiciones se incrementa el riesgo? ¿Así que como estamos solos me expongo al riesgo de que me toques una teta? Viene a decir eso”, clama.

Esa misma respuesta oficial incluía media docena de carteles que debían ser distribuidos por los centros de trabajo, tanto en tierra como en los barcos adscritos a CSIC e IEO. Estos son algunos de sus mensajes.

“No busques deliberadamente quedarte a solas con otra persona cuando esto no sea necesario si no hay un consentimiento manifestado voluntariamente”.

“Tampoco muestres tu desnudez en la playa y demás lugares públicos en el trabajo”. Trabajadoras consultadas circunscriben esta recomendación por las mujeres que, en Doñana y bajo el sol, han trabajado con la parte superior de bikini en las marismas.

“Salvo que sea estrictamente necesario por razón de la labor que estés realizando, evita tocar o acercarte en exceso a otra persona”.

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