Una simple maleta de cuero marrón trajo ayer de cabeza a las fuerzas policiales en Benicarló. El objeto, colocado bajo el asiento de una parada de autobús, hizo sospechar a los responsables de un hotel próximo, que avisaron a la policía. A partir de entonces --sobre las 16.30 horas-- se cortó la calle doctor Fleming, causando curiosidad y miedo a partes iguales.

Entre quienes optaron por quedarse tras el cordón policial, por "si pasaba algo", había comentarios de todo tipo. "Eso debe ser alguien que se ha dejado la maleta en el autobús", afirmaban los que creían en que era una falsa alarma. "Si alguien reclamara la maleta, ya habría tenido tiempo de sobra de recogerla", decían los que pensaban que había gato encerrado. Una mujer que vive justo delante de la parada decía que "anoche vimos cómo unos chavales jugaban con la maleta y la dejaron en la parada".

Al final, vinieron los artificieros con un perro amaestrado, que se detuvo en todos los sitios menos en la maleta. Para confirmar lo inocuo del susto, los propios agentes abrieron el objeto con una especie de bisturí. La maleta estaba completamente vacía, y la calle se volvió a abrir en unos segundos. El reloj ya daba las seis y media pasadas.