La empleada de una sucursal del Banco Santander de Cambrils (Tarragona) falleció ayer de un tiro en el cuello que le disparó uno de los dos atracadores que entró a robar en la entidad bancaria.

Los hechos ocurrieron hacia las 8.45 horas, cuando dos individuos entraron en la oficina, que en ese momento ocupaban tres empleadas, ordenaron que les dieran el dinero de la caja y, sin motivo aparente, descerrajaron un tiro en el cuello a una de las trabajadoras. Como consecuencia del disparo, la empleada, Estela Calduch, de 25 años, originaria de Sant Carles de la Ràpita, residente en Mont-roig del Camp, estudiante de Económicas y Empresariales en Reus y que llevaba menos de un año en esta sucursal, murió desangrada ya que el tiro le afectó una arteria.

Enseguida se desplazaron al lugar de los hechos una gran cantidad de vehículos de la Policía Local y de los Mossos d’Esquadra, que montaron una operación “jaula” por los alrededores de Cambrils para tratar de detener a los dos autores, que huyeron a pie. Se desconoce todavía si se han llevado algún botín.

Se da la circunstancia de que esta misma sucursal ya fue atracada en agosto del 2008 por dos individuos que amenazaron con una pistola a cuatro empleados y cuatro clientes, llevándose una importante cantidad de dinero.

Estela Calduch es la primera víctima mortal en un atraco en Cambrils. Al respecto, representantes sindicales alertaron de la falta de seguridad de las sucursales pues éste es el cuarto atraco en dos meses en oficinas del Banco Santander de Cataluña.

El suceso provocó conmoción, consternación, sorpresa y estupor en Cambrils. En las cafeterías, las heladerías, los estancos y hasta en el gimnasio local no se hablaba de otra cosa, mientras los curiosos se arremolinaban en el paseo Marítimo, donde la línea policial obligaba a detenerse, a escasos 20 metros de la puerta de entrada de la sucursal atracada ayer.

Al respecto, Mireia Budí, empleada de una farmacia próxima, dijo: “la he visto estirada en el suelo, que era un inmenso charco de sangre. Se estaba desangrando, le salía a chorros por el cuello”.

Un centenar de personas participaron ayer tarde frente al ayuntamiento de la localidad tarraconense en el minuto de silencio convocado para condenar públicamente este atraco. H