‘Sexting’, el delito más denunciado entre los menores de Castellón
La difusión de fotos y vídeos sexuales sin el permiso del afectado vulnera la intimidad. La Policía Nacional detecta un aumento de esta conducta por la viralidad de WhatsApp
El intercambio de imágenes o vídeos de contenido sexual entre dos personas y de forma consentida es la actividad conocida como sexting. Un fenómeno al que han dado lugar las nuevas tecnologías y que se convierte en delito cuando el receptor difunde, sin el consentimiento de la otra persona, dichas imágenes estáticas o en movimiento.
El sexting es ya el delito de tipo tecnológico más denunciado por los menores de edad de Castellón. Con frecuencia, las fotografías que envían a sus parejas o a amigos, acaban, más tarde, llegando a terceras personas a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp o de las distintas redes sociales sin ellos saberlo.
Así lo ha confirmado el jefe de grupo de investigación tecnológica de la Policía Nacional, Pere Cervantes, quien ha destacado también el ciberbullying como el otro delito que predomina entre los más denunciados por jóvenes de la capital. En este caso, los menores son el blanco de cualquier tipo de acoso por internet, cometido, en muchas ocasiones, por compañeros de instituto.
Insultos, amenazas, comentarios homófobos y racistas o simplemente lesivos sobre su físico.
Las nuevas tecnologías y la viralidad de las aplicaciones de mensajería instantánea han hecho que este tipo de delitos de carácter teconológico-sexual aumenten de forma muy notable.
La catedrática de Derecho Penal de la UJI y experta en este tipo de delitos, María Luisa Cuerda, participa hoy en un taller que informa a padres y educadores “sobre los riesgos para las víctimas y quienes se convierten en autores sin ser conscientes de ello. Por ejemplo, un grupo de niños que graban a un amigo en el baño y lo cuelgan en internet”.
Además del sexting y el ciberbullying entre menores, existen otros delitos considerados más graves, con implicación de adultos. El grooming consiste en que el adulto se gane la confianza del niño o niña, haciéndose pasar en muchas ocasiones por otro menor, logrando imágenes íntimas.
La policía recuerda que aquellos que reenvían archivos sexuales de menores de 18 incurren en un delito de distribución y tenencia de pornografía infantil. H
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