Ella era arquitecta técnico y trabajaba en el Ayuntamiento de Girona. Sus compañeros del área de Urbanismo eran los más difíciles de consolar en el minuto de silencio convocado ayer ante la sede consistorial. La familia y la ciudad recibieron “un golpe inmenso”, reconoció el alcalde Carles Puigdemont.

Mireia, de 42 años, estaba casada con un distinguido arquitecto, especializado en paisajismo y premiado internacionalmente. Hace un año y medio dejó su labor en el consistorio y abrió su estudio, dentro del despacho de su pareja, en el decimotercer piso del edificio desde donde el pasado miércoles se precipitaron ella y sus dos hijas.

La pregunta más difícil de responder ahora es también la que más se hacen está mañana los vecinos: “¿Por qué ha ocurrido esto?”. Pese a que se trata tan solo de una hipótesis -la principal, pero todavía no confirmada oficialmente-, la sospecha de que Mireia lanzó al vacío a sus hijas, de 11 años y de menos de un año, acentúa el estremecimiento que siente la ciudad.

Los Mossos d’Esquadra no dan por descartadas otras explicaciones alternativas a la del suicidio ampliado (cuando la persona ha decidido llevar a cabo la conducta autoagresiva y previamente acaba con la vida de otras personas de su entorno). Pero un accidente parece poco probable y no se conocen, de momento, indicios de que pudiera tratarse de un crimen. No obstante, ayer debía realizarse la autopsia a los tres cuerpos, en busca de heridas anteriores a la caída, que apuntaran a la existencia de un agresor que hubiera empujado a la madre, o de sustancias tóxicas en el organismo de las tres. Posiblemente, el análisis que más luz acabe arrojando sobre la tragedia lo hagan los psicólogos forenses.

DOS ASESINATOS // Fuentes de la fiscalía detallan que, si se demostrara finalmente que la madre ha lanzado a las hijas antes de saltar, se debe hablar de dos asesinatos -dada la indefensión de las menores- y de un suicidio. “De cualquier manera, la muerte de la homicida, archivaría el caso”, detallan. H