Una mujer relató ayer al tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón los supuestos malos tratos y agresiones sexuales a las que fue sometida por parte de su expareja en la vivienda que compartían en Peñíscola. «Me pegaba, me gritaba, me insultaba y me cogía del pelo», dijo la víctima, que declaró por videoconferencia. La afectada recordó un episodio concreto en el que el acusado, según la versión de la maltratada, le escupió, le dijo que no valía como mujer y la llevó hasta el dormitorio para forzarla a tener sexo.

La Fiscalía pide para el procesado una pena de trece años de prisión --más otros diez de libertad vigilada-- como presunto autor de un delito de agresión sexual y otro de violencia sobre la mujer.

«Ese día me cogió y me tiró sobre la cama. Le supliqué muchas veces que no lo hiciera, pero no me escuchó. Era como si se lo dijera a la pared. Me violó y fui a denunciar cuando pude escaparme de él», recordó la perjudicada.

El hombre, por su parte, negó la mayor. Dijo que era «imposible» que la controlara y le pegara y que no la podía forzar porque ella tenía «más fuerza que yo».

«Yo tenía mucho dolor de muelas y la cara hinchada como un balón de fútbol. Solo pensaba en el daño que tenía y en pagar el alquiler», aseguró el hombre en su interrogatorio, desmintiendo que se hubiese producido forcejeo alguno o agresión sexual.

ÉL SE EXCUSA

«Ella quería sexo, pero yo no», afirmó el hombre, acusando a su expareja de gastarse el dinero del alquiler de la vivienda en «salir por ahí». El fiscal le recriminó, sin embargo, que durante la instrucción de la causa hubiera dicho que no se acordaba de si mantuvieron relaciones el día de los hechos.

Varios agentes de la Guardia Civil intervinientes en el caso también fueron citados como testigos. Uno aseguró que cuando la mujer fue a denunciar estaba «bastante mal» y «avergonzada».

Otro de los efectivos relató que la detención del hombre se produjo en su domicilio. Ese guardia civil corroboró que el procesado sufría una notable infección en la boca --a la que el acusado hizo referencia--. «Él tenía un flemón y la cara muy hinchada. Estaba fastidiado y recuerdo que le salía pus de la boca», contó.

La Fiscalía solicita trece años de cárcel para el hombre, además de otros diez de libertad vigilada y 6.000 euros de indemnización para la víctima por los daños morales y 175 por las lesiones ocasionadas.