REPORTAJE

10 años de un crimen pasional, en Vilafamés

El camionero Josué Almarcha mató de un tiro al novio de su expareja, el burrianense Javier Felis, en plena plaza de la Tanca, en junio del 2011

10 años de un crimen pasional, en Vilafamés

10 años de un crimen pasional, en Vilafamés

NÚRIA B. BIGNÉ

La Real Academia Española de la Lengua define el crimen pasional como aquel homicidio causado por sentimientos como los celos, la ira o el desengaño. Hace ahora diez años el camionero de Vilafamés Josué Almarcha decidió acabar con la vida del novio de su expareja al no aceptar la ruptura con la madre de su hijo, de tan solo un año de edad. La mujer había rehecho su vida con el burrianense Javier Felis --vecino de la Pobla Tornesa--, a quien Almarcha disparó mortalmente en plena plaza de la Tanca de Vilafamés en el año 2011.

La Justicia castellonense condenó al asesino a 15 años de prisión tras celebrar un juicio con jurado popular. Según declaró probado el magistrado Esteban Solaz en su sentencia, «el procesado no aceptó ni la ruptura sentimental con la que fuera su pareja durante ocho años ni que ella conviviera con otra persona». Por ello, el 17 de junio del 2011 Josué salió del trabajo, conduciendo una furgoneta y vio al novio de su expareja sentado en la terraza de un bar Vilafamés --donde solía acudir tras acabar su jornada en la azulejera donde trabajaba-- y, según la sentencia del caso, «con su capacidad cognitiva y volitiva normal, decidió acabar con la vida de Javier».

Así, «se dirigió a su domicilio y, tras coger una escopeta de caza cargada, volvió a la plaza, donde estacionó y se mantuvo a la espera del momento más oportuno para atacar a la víctima», detalla el documento judicial del año 2013.

Al observar que Javier se marchaba del bar y entraba en su vehículo, Josué arrancó su furgoneta y se dirigió contra el coche de la víctima, impactando contra él. «Acto seguido, efectuó un disparo con la escopeta a poca distancia del otro hombre, que estaba atrapado y sin posibilidad de defenderse ni huir», determinó la Justicia.

El tiro certero --el agresor era también cazador y sabía de armas-- rompió el cristal del Opel Astra e impactó en el vientre de Javier, de 30 años, que falleció poco después. El Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) envió una ambulancia SAMU y un Soporte Vital Básico, que solo pudieron confirmar la muerte de la víctima en plena calle.

Cabe recordar que acto seguido, el asesino se entregó a la Guardia Civil --el jurado popular apreció la atenuante de confesión en su condena--. Del crimen fue testigo directo una compañera de trabajo de la víctima, quien se encontraba en la terraza con él y tuvo tiempo de salir del coche tras la colisión provocada por Josué. «No dispares, no dispares», gritó la mujer, no pudiendo evitar el trágico desenlace.

Los guardias civiles del puesto de Vilafamés, sito a unos 300 metros del lugar del crimen, esposaron al asesino y acordonaron la zona. Hasta el lugar se desplazaron agentes de Criminalística para recoger todas las pruebas posibles, mientras se esperaba al levantamiento del cadáver.

Dos años después del asesinato, llegó la condena a 15 años de prisión para Josué Almarcha.