El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana ha confirmado la absolución de una mujer de origen marroquí que se sentó en el banquillo de la Audiencia Provincial de Castellón, acusada de captar a una compatriota para explotarla sexualmente en la capital de la Plana. Aunque la Fiscalía pedía inicialmente seis años de cárcel y 12.000 euros de indemnización y hablaba de trata de personas, el tribunal no declaró probado que se diese tal delito. A la misma conclusión ha llegado ahora el TSJ, que ha desestimado el recurso interpuesto por el Ministerio Público.

Los magistrados consideran acreditado que las dos mujeres se pusieron en contacto a través de una conocida y que la víctima acabó viajando a Castelló, donde la procesada la acogió en su propia casa. Transcurrido un tiempo, la supuesta víctima preguntó a la investigada cuándo buscarían un trabajo para ella. La mujer absuelta por segunda vez respondió que el desconocimiento del idioma dificultaba su acceso al mundo laboral y sugirió que la denunciante «podía dedicarse a la prostitución en la vivienda, como hacía ella misma sin que el arrendatario del piso lo supiese». 

El tribunal castellonense también declaró probado que la supuesta víctima se negó y que esa postura «enfadó a la acusada, quien le dijo a la mujer que se marchara del piso y se fue, enfurecida». Los magistrados consideran también acreditado que cuando la investigada volvió al piso y vio a la denunciante todavía en la casa, la cogió por el cuello y el pelo, le dio un estirón e hizo que se golpeara con una mesa.

Por ese delito leve de lesiones la Audiencia Provincial sí condenó a la mujer procesada a abonar una multa de 744 euros y le impuso una orden de alejamiento por la que no podrá acercarse a menos de 500 metros de la afectada por tiempo de seis meses --una condena que confirma el TSJCV--.

La víctima fue entonces a denunciar lo ocurrido ante la Policía Nacional. La sentencia del tribunal castellonense recoge, asimismo, que días después, fue abordada por la calle por un hombre desconocido, quien la amenazó de muerte si no retiraba la denuncia, la agarró del brazo y le dio un cabezazo en la frente, causándole un hematoma.

Así pues, a ojos del tribunal valenciano, del testimonio de la denunciante «no se deduce que la acusada se pusiera en contacto con ella y le obligase a ir a Castelló, todo lo contrario, fue la denunciante la que voluntariamente se puso en contacto con ella». El TSJ concluye que, una vez allí, «tenía libertad de movimientos y el único conflicto que surgió fue cuando descubrió a la acusada utilizando su teléfono móvil».