Una vecina de Castelló se sentó ayer en el banquillo de los acusados para hacer frente a tres acusaciones de robo de joyas en viviendas de familiares y amigos en la capital de la Plana. La fiscal pide para ella una pena de seis años y cuatro meses de prisión por, supuestamente, aprovechar que tenía las llaves de esos domicilios para apoderarse de las alhajas y venderlas después en establecimientos de compra de oro.
La Fiscalía Provincial mantiene que, entre los años 2017 y 2019, la procesada se llevó piezas por valor de más de 22.000 euros.
A una de las víctimas, de 82 años e íntima amiga de la madre de la acusada, se le saltaron las lágrimas ayer al recordar cómo desaparecieron de su casa numerosas piezas. Además, contó que la investigada le insistía para que la anciana le dejara un reloj Rolex de oro de su marido, pretensión a la que ella accedió. Tras pedirle su devolución en numerosas ocasiones, la acusada le entregó una caja que contenía, según el testimonio de la víctima, un reloj falso. «Mi hija lo llevó a un especialista, que le confirmó que no era el original. Yo lo pasé muy mal porque siempre la había tratado como si fuera de mi familia. Al final, decidí denunciar los hechos», explicó la mujer ante el tribunal.
La versión de la acusada
La acusada, sin embargo, afirmó en su declaración que fue la anciana quien le pidió el favor de vender las joyas en su nombre. «Lo hice por encargo suyo porque quería dinero y a ella le daba vergüenza hacer el trámite», aseveró la investigada. Este extremo fue desmentido categóricamente por la mujer de avanzada edad, quien recordó que tenía una posición acomodada y que nunca tuvo problemas económicos de ningún tipo.
Otra de las afectadas era vecina de la investigada. Esta última dijo haber vendido joyas suyas por error al estar guardadas en la caja fuerte de su casa junto a las de su difunta madre sin ella saberlo. «Eso es mentira. Yo nunca dejé mis joyas en su caja fuerte. Además, ni siquiera es por el valor monetario de las mismas, sino por el valor sentimental», indicó.
Una tía de la afectada también la acusa de robarle un cordón de oro. La investigada se escudó ayer que había sido «un regalo», sin embargo, la denunciante dijo que «esa joya de familia se la hubiera regalado a su hija o a su nieta».
Un policía confirmó que les constan más de una treintena de ventas de joyas de la acusada en tiendas de compraventa de oro.
