Los aluniceros de Vila-real atacan otro restaurante y una gasolinera

Los aluniceros que desde hace más de una semana actúan en Vila-real volvieron a golpear en la madrugada de ayer a la localidad. Si previamente habían robado en dos ocasiones en tan solo seis días en la tienda de móviles Serendib de la avenida Francisco Tárrega, como publicó en exclusiva Mediterráneo, los últimos damnificados han sido el restaurante Extormi II, en la carretera a Onda, y una gasolinera de la avenida Italia.

Los ladrones intentaron cometer un alunizaje en la estación de servicio sobre las 4.00 de la madrugada y, aunque rompieron los cristales de la puerta de entrada, se marcharon a toda velocidad y sin apearse del turismo, al que grabaron las cámaras de seguridad. Viajaban a bordo de un Opel Kadet robado, el mismo que habrían empleado para embestir en numerosas ocasiones el escaparate de la tienda de telefonía --reforzada con placas de seguridad--.

Sigue la oleada de robos con un segundo alunizaje a la misma tienda de móviles de Vila-real

Los investigadores se personaron a primera hora de la mañana en la gasolinera, entrevistándose con los responsables y recogieron las imágenes grabadas.

Se da la circunstancia de que, inmediatamente después, los aluniceros recorrieron los tres kilómetros que separan la estación de servicio del restaurante Extormi II y, nuevamente, la emprendieron a golpes contra la persiana y cristales del establecimiento. 

En esta ocasión, sí consiguieron reventar la entrada del local, provocando daños que superan los 10.000 euros en la puerta automática, los marcos y cristaleras, según las primeras estimaciones. 

Como consecuencia del potente impacto, cayó al suelo una máquina tragaperras que los ladrones no consiguieron abrir. Dos asaltantes se introdujeron en el restaurante, siendo captados también por las cámaras.

Se introdujeron detrás de la barra y robaron la caja registradora, con la que la emprendieron a golpes para poder abrirla y, posteriormente, en su huida la lanzaron en la calle. La policía la recuperaría después en un callejón próximo.

Los expertos en delitos contra el patrimonio de la Policía Nacional siguen la pista a los autores de todos estos robos, a quienes tienen prácticamente identificados, según ha podido saber este diario.

Integrantes de Policía Científica estuvieron ayer en el Extormi II, al igual que ya hicieron en la tienda Serendib, en busca de huellas u otros vestigios.

Indignados

«No hay derecho. Hace seis años ya sufrí un robo similar y la reparación de la entrada costó más de 8.000 euros», se lamentaba ayer la hostelera Olga Lérida mientras realizaba diversos trámites telefónicos con el seguro y la empresa de la alarma. La gerente del restaurante sospecha que los asaltantes puedan ser personas drogodependientes por su modus operandi y el escaso botín logrado. Asimismo, Lérida, entendida en vehículos, apuntó que la elección del coche utilizado en los ladrones no es casual: «ese modelo, que ya no se fabrica, tiene una barra de hierro de refuerzo que les viene bien para los alunizajes».

El Extormi II decidió abrir sus puertas ayer, pese a los gravísimos destrozos. Los clientes que acudieron a almorzar al bar se sorprendían por los daños y daban ánimos a los perjudicados.