ÚLTIMA GRAN APREHENSIÓN EN LA PLANA

La justicia reclama 3 millones de euros a los guardias civiles narcotraficantes de Burriana

La pena de prisión aumentará si no pagan la multa por participar en el macroalijo de 2.000 kilos del 2015

Agentes registran el pesquero ‘Tere Mari’, donde se escondían los fardos.

Agentes registran el pesquero ‘Tere Mari’, donde se escondían los fardos. / JAVIER MARTI

Los dos guardias civiles de Burriana condenados por pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas por su participación en la llegada de un alijo de 2.000 kilos de hachís al puerto de Burriana en el año 2015 deberán abonar tres millones de euros a la justicia. Es la multa económica que les impone la Audiencia Provincial de Castellón en la sentencia adelantada ayer por Mediterráneo, que además les condena a dos años y 11 meses de cárcel y los inhabilita para el ejercicio de su profesión.

Como establece el fallo, en caso de no abonar la sanción económica, acumularán un día de privación de libertad por cada 10.000 euros impagados. Es decir, de no abonar ninguna suma, acumularían 10 meses más de cárcel.

El tribunal castellonense también ha impuesto elevadas sanciones económicas para el resto de integrantes de la banda criminal. En su caso, son cantidades de entre 1,8 y dos millones de euros.

Cabe recordar que la Audiencia Provincial ha dictado una sentencia muy contundente contra los dos agentes del servicio de vigilancia fiscal y fronteras, quienes en el juicio negaron taxativamente haber permitido la entrada de la droga al puerto, contradiciendo a sus compañeros del EDOA, el equipo especializado en la lucha antidroga de la Guardia Civil

Sin embargo, la justicia castellonense considera que sin su participación no hubiera sido posible mover los 70 fardos por el recinto portuario. Además, los magistrados también consideraron probado que los dos agentes ahora condenados intentaron dificultar el hallazgo del hachís a otras patrullas de la Benemérita la noche del desembarco.

El de Burriana, hace ahora ocho años, es el último gran alijo por vía marítima interceptado en el sur provincial. La frontera marítima entre Castellón y Tarragona es en estos momentos un punto caliente y el pasado verano los alrededores del almacén de gas de Vinaròs (Castor) fueron el escenario de una persecución que acabó con más de un centenar de fardos lanzados al mar al verse los narcos acorralados por la Guardia Civil.

Los agentes recuperaron entonces una lancha con tres motores de 300 CV, abandonada por los fugitivos. Precisamente en Vinaròs, en 2021, se incautaron de casi 2.500 kilos de hachís, que habían sido alijados en la playa.