Orpesa esconde verdaderas joyas que han sido testigos de la historia de la localidad costera. Ubicado en lo alto del municipio y rodeado por murallas construidas en el siglo XIV para salvaguardar a la población de los continuos ataques piratas se ubica el casco antiguo. Y en su interior, un entramado de callejuelas y rincones característicos de un urbanismo defensivo y en el que se pueden visitar elementos arquitectónicos de gran relevancia que dan a conocer cómo fue la vida de sus habitantes.
Ejemplo de ello es el Pou del Ravalet, con un valor etnológico y patrimonial singular que conserva la estructura constructiva original y sillares de piedra calcárea en su base. Se trata de un elemento que ocupa una ubicación clave dentro del casco antiguo junto a la antigua muralla y el único que se conserva de sus características. Y no muy lejos de esta plaza, el visitante puede encontrar el antiguo hospital que hacía la función de hospedaje, pues en él se alojaban caminantes, transeúntes y peregrinos que pasaban por la villa, así como la antigua cárcel, un edificio que se conserva en perfecto estado y que el visitante puede descubrir a través de visitas guiadas.
La capilla de la Virgen de la Paciencia, ubicada junto al museo y al campanario (una edificación que fue construida en 1932 en la que conservan algunas de las campanas originales, así como el reloj), guarda en su interior uno de los episodios más recordados de la historia del municipio. Dos galeras berberiscas desembarcaron en 1619 y asaltaron la población, accedieron a la capilla y vejaron la imagen de la Virgen del Rosario. Tras este duro ataque, el Conde de Cervellón ayudó a los vecinos a recuperarse y encomendó a las monjas del Convento de San José de Valencia la rehabilitación de la imagen. Tras un largo y minucioso trabajo de restauración, estas la llamaron la Virgen de la Paciencia, nombre que conserva en la actualidad. Y junto a la capilla, se localiza un horno medieval.
Grandes reclamos
Otro de los grandes reclamos de Orpesa son las torres vigía. La Torre del Rey, construida en el año 1413, acoge en la actualidad multitud de actividades para público familiar, como gimcanas y teatralizaciones. Mientras, La Colomera y La Corda, que datan del siglo XVI, están ubicadas en un terreno escarpado y rodeadas de vegetación autóctona y fueron levantadas para ayudar a la Torre del Rey en sus labores de vigilancia del litoral.
Siglos de historia
Aunque sin duda, una de las edificaciones históricas más emblemáticas es el castillo, pues atesora siglos de historia, de vivencias y de restos materiales legados por las generaciones pasadas. Se conoce una parte de su historia, pero queda mucho por descubrir. Su situación estratégica lo ha hecho protagonista de episodios históricos y de hechos trágicos (reformas, asedios, destrucciones, durante más de 1.200 años) que marcaron el camino de su ruina y destrucción. En la actualidad, el Ayuntamiento proyecta una pasarela exterior para que el visitante pueda admirar su monumentalidad con un poco de perspectiva. Asimismo, se estudia poder integrar el acceso al nido de ametralladoras de la Guerra Civil, que se conservó y recuperó para la visita en la torre noroeste.
Visitas guiadas
El Museu d’Orpesa, ubicado en pleno casco antiguo, está dedicado a las fortificaciones y defensas, vestigios singulares que nos recuerdan un pasado histórico lleno de capítulos relevantes, como los ataques piratas de 1536 y de 1619, la quema del castillo, la destrucción de la imagen de la patrona La Virgen de la Paciencia, La carta Puebla de 1589, la destrucción del castillo por parte de las tropas napoleónicas…
Unos acontecimientos por lo que se puede viajar a través de la realidad virtual o mediante las diferentes visitas guiadas. Asimismo, los más pequeños pueden sumergirse en la historia del municipio participando en el espacio Aula Didáctica, en la que pueden realizar su propia excavación arqueológica, entre otras actividades que se realizan.
