Vila-real: siete siglos de legado, del medievo al arte emergente

Vila-real, ciudad de origen medieval fundada por Jaume I, atesora un destacado legado patrimonial fruto de sus más de siete siglos de historia --en 2024 cumplirá 750 años--.

Las huellas de la época medieval que aún están presentes en la villa se integran en una trama urbana en la que pasado y presente comparten protagonismo, con ejemplos de especial relevancia como la iglesia arciprestal San Jaime o la basílica de San Pascual, junto a edificios históricos de interés como el Gran Casino, la Casa de Polo o el Casino Carlista.

La herencia fundacional tiene en el corazón de la ciudad su principal reclamo: la plaza porticada de la Vila, declarada BIC en 1974 y monumento histórico-artístico. Sobre sus porches medievales descansan edificios singulares como el antiguo Hostal del Rey o el edificio social de la Fundación Caja Rural Vila-real. El conjunto monumental fue, en su origen, el centro de la villa medieval amurallada, de la que todavía puedan contemplarse importantes vestigios como la Torre Motxa, única torre que queda en pie de la antigua muralla, protegida también como BIC y sobre la que el Ayuntamiento ha actuado recientemente para su puesta en valor y mejora. Anexa a la muralla destaca también la Casa de l’Oli, un edificio de uso cultural.

Señas de identidad

En el casco antiguo de la ciudad también es posible descubrir la ubicación de los antiguos portales de la villa amurallada, gracias a un proyecto de visibilización emprendido por el consistorio en los últimos años, o el trazado de la acequia considerado el segundo proyecto de irrigación más importante del Reino de Valencia, una canalización medieval con más de 750 años de historia que recorre de norte a sur todo el entramado urbano local y que el Ayuntamiento trabaja para poner en valor de la mano de la Comunidad de Regantes. A lo largo de su trazado se conservan además otros elementos de valor etnológico e histórico, destacando de manera especial el puente de Santa Quiteria, de origen romano, o el Pont Nou, del siglo XVIII, y de manera especial los molinos hidráulicos como el Molí la Vila. A pocos metros de este edificio, que en los últimos años ha sido objeto de una importante restauración, la escultura dedicada al fundador, Jaume I, que da nombre a la plaza y que es obra del Hijo Predilecto de la ciudad Vicente Llorens Poy.

Basílica de San Pascual e iglesia arciprestal

De sus manos surgieron también los conjuntos escultóricos y arquitectónicos de la basílica de San Pascual, patrón de Vila-real, de la diócesis y de los Congresos Eucarísticos Internacionales. La Real Capilla con el sepulcro del santo, el altar Mayor, el carillón y el conjunto de campanas con la campana de volteo más grande del mundo o el Museo del Pouet del Sant, con una importante colección de arte religioso son ejemplos de la riqueza patrimonial que atesora la basílica. Desde 2015, la Fundación Pro Monasterio y Basílica de San Pascual, impulsada por el Ayuntamiento y con la participación de la Diputación, la asociación Amics del Pouet del Sant, las hermanas clarisas del convento de San Pascual y la Fundación Caja Rural Vila-real, ha redoblado esfuerzos para su promoción y la ejecución de importantes mejoras en el conjunto, como la apertura de un centro de visitantes en las salas anexas del convento.

Junto con la basílica, el otro referente patrimonial desde el punto de vista religioso es la iglesia arciprestal Mayor San Jaime, declarada BIC, cuyas bóvedas inspiraron a Rafael Guastavino para la construcción de los principales edificios de Nueva York. De planta barroca y estilo neoclásico, el templo custodia joyas artísticas como los frescos de José Vergara o tallas de los escultores Amorós y Ortells.

En el ámbito del patrimonio religioso destacan la capilla del Cristo del Hospital y la ermita de la patrona de la ciudad, la Virgen de Gracia, de trazos barrocos, enmarcada en un paraje excepcional y de gran valor ecológico y sentimental, el Termet. Junto a la ermita, la Coveta, en la que se pueden contemplar las pinturas murales y la réplica de la imagen original de la patrona, obra de Llorens Poy. Completa el conjunto arquitectónico el Museo Etnológico y, en el exterior, la fuente del Pastoret, obra centenaria del escultor José Ortells, Hijo Predilecto de Vila-real.

Construcciones civiles

En un paseo por el centro de la ciudad destaca el edificio del Gran Casino y Teatro Tagoba, construido en 1910, y que el Ayuntamiento de Vila-real ha rehabilitado como un espacio para uso cultural y social.

La Casa dels Mundina, el Casino Carlista o la Casa de Polo, sede del Museo de la Ciudad, constituyen otros ejemplos de inmuebles históricos. Sin olvidar el salón de la Comunidad de Regantes, con frescos del pintor Joan Bosch, recientemente restaurados con la colaboración del Ayuntamiento.

Entre los últimos elementos que la ciudad ha incorporado a su patrimonio destaca la casa-museo de Vicente Llorens Poy y el legado del artista, gracias al acuerdo con la familia del escultor y pintor. 

Además, la ciudad también apuesta por el arte emergente. La muestra TEST, que en 2023 celebra su décimo aniversario, ha hecho posible que Vila-real cuente con un museo al aire libre formado por una decena de murales rubricados por algunos de los artistas más reconocidos a nivel internacional.