Ya estamos en octubre y eso significa que el frío está de camino. Casi todos hemos sacado las chaquetas de entretiempo y pantalones largos, y está claro que el bikini y los bañadores se empiezan a quedar un poco en el fondo del armario, pero no te equivoques, eso no es un motivo para dejar de cuidar tu salud.

Mantente saludable

Ahora que deja de hacer calor, hay dos grupos de personas muy diferentes en relación al deporte: los que se vuelven muy perezosos con los días nublados y el frío, y los que aprovechan para volver al deporte por todo lo alto.

Mantenerse sano no es cosa de estaciones. Lejos de mantener una línea perfecta, lo más importante es gozar de una buena salud, conseguir resultados favorables en los chequeos médicos, llevar una alimentación saludable, estar psicológicamente estable y hacer una práctica deportiva regular y disfrutar de ella. Nosotros siempre te recomendaremos dejar la pereza de lado y seguir trabajando en ti.

¿Cómo iniciar una rutina deportiva?

Lo más importante a la hora de iniciar una rutina deportiva es crear el hábito. Debes ser consciente de que los cambios pueden ser lentos, pero pensar en todos los beneficios que te aporta debe motivar a continuar.

  1. Define exactamente cómo quieres que sea tu rutina. Por ejemplo, en lugar de decir solo "salgo a caminar". Sé más específico y que tu propósito sea “salgo a caminar por 30 minutos en las mañanas en el parque de la esquina”.
  2. Empieza por algo fácil. Los comienzos pueden ser duros, por lo que es muy importante plantearte unas metas realistas y progresar con el tiempo, de nada sirve empezar muy fuerte y dejártelo en poco tiempo por agotamiento. 
  3. Haz que el ejercicio sea parte de tu rutina diaria para recordarlo y estar concienciado. El objetivo es tener un plan de acción que seguir que te diga qué hacer en el día a día y, no sólo una meta. Un estudio británico del 2002 encontró que cuando los participantes formularon un plan sobre exactamente cuándo y dónde se ejercitarían tenían más del 90% de probabilidad de lograrlo.
  4. Encuentra una recompensa saludable. En realidad el ejercicio por sí mismo tiene que ser tu recompensa. Simplemente por los múltiples beneficios que ya conoces cómo verte bien y sentirte mejor. Además de forma natural se producen ciertas sustancias que generan placer y bienestar. Otras recompensas saludables pueden ser: Una ducha tibia relajante, un estiramiento con minutos de relax sólo para ti o escuchar tu canción favorita.
  5. Registra tu entrenamiento. Los humanos tendemos a sobreestimar nuestro entrenamiento, así que para no exagerar y ver objetivamente el progreso que has logrado, tienes que registrarlo. Esto además se convierte en un fuerte motivador, si lograste más de 10 días seguidos no querrás detenerte y volver al día cero.

Si quieres empezar a cuidarte, te recomendamos Palasiet Thalasso Clinic & Hotel por muchos motivos. Tienen unas instalaciones espectaculares, y entrenar en un buen ambiente siempre resulta motivador. Además, tienen diferentes programas de entrenamientos supervisados, personales y con estudio nutricional.