La petición efectuada al Ayuntamiento de Vila-real por parte de los vecinos de la calle Pare Molina, vial urbano que conecta las calles Joan Fuster y Pere III, encaminada a conseguir la peatonalización de la misma, podría tener una respuesta positiva por parte de las autoridades locales.

Al menos, así lo ha indicado el alcalde de Vila-real, Manuel Vilanova, quien ha dejado la puerta abierta a la peatonalización de la vía o a la ampliación de las aceras, "dejando una calzada más estrecha, lo justo para que pasen los coches, y colocando bolardos en las aceras para que no puedan aparcar vehículos", indica. Así, el máximo responsable municipal discrepa en parte del informe de la Policía Local que, según dice Vilanova, apuesta por no destinar el vial sólo para viandantes, al considerar que es una salida natural de la calle Joan Fuster hacia Pere III.

De hecho, de cortarse Pare Molina al tráfico, los responsables locales en esta materia se verían obligados a habilitar itinerarios alternativos que, en algunos casos, podrían suponer una mayor densidad de circulación de vehículos en algunos viales de la zona afectada. Además, también hay que destacar que los vecinos han solicitado la peatonalización de la calle, con el objeto de evitar el paso y estacionamiento sobre las aceras de coches o furgonetas de reparto que dan servicio a los comercios del área, ya de por sí estrechas, de esta vía del centro urbano y próxima a la basílica de Sant Pasqual.

Según anunció días atrás el concejal de Fomento, Ramón Tomás, a partir del 2 de enero, se iniciarán los trabajos incluidos en el plan de ampliación y mejoras de aceras en la ciudad que, especialmente, afectará a las cales del centro urbano.