La concejala de Educación de Vila-real, Nieves Adsuara, aseguró ayer que el final del proceso de escolarización --el 26 de mayo-- será el que delimite la necesidad de instalar alguna aula prefabricada para agrupar a los niños de tres años que puedan quedar fuera del cupo en los colegios públicos y concertados. Mediterráneo publicó ayer que existen alrededor de 540 niños empadronados en la ciudad que nacieron en el año 2003, cuando sólo hay 500 plazas disponibles.

La edil dijo que "se da una gran movilidad en la población inmigrante", y no quiso aventurar si se habrá barracones. "Si al final ha de habilitarse una unidad más, se hará", señaló.

Por otra parte, Adsuara negó la existencia de discriminación educativa en la ciudad, al incrementar de dos a cinco las plazas reservadas por clase para niños de educación compensatoria, mayoritariamente inmigrantes, en respuesta a las manifestaciones realizadas por el portavoz del PSOE, José Benlloch.

"La medida la han aprobado los padres y directores de centros que están en el Consell d´Escolarització, en base a un documento que la Inspección Educativa ha elaborado, en arreglo a la Ley Orgánica de la Educación aprobada por el Gobierno socialista", afirmó.

Además, la edil popular añadió que, de esta forma, "los alumnos de compensatoria se distribuyen de igual forma entre todos los centros escolares financiados con dinero público, incluidos los concertados".

En este sentido, y según la documentación a la que ha tenido acceso Mediterráneo, tres colegios públicos --Concepción Arenal, Pío XII y Carlos Sarthou-- se reparten 68 de los 103 niños que necesitan apoyo educativo, en su mayoría hijos de inmigrantes. Mientras, este tipo de plazas en los cuatro colegios concertados apenas alcanza el 3% del total.