Los concejales del Bloc han propuesto trasladar el mercado de antigüedades que se celebra cada dos domingos en la plaza del Llaurador a la plaza de la Vila, una vez acabe la remodelación de la misma.

Se dice que esto revitalizaría el comercio del centro de la ciudad y que se celebraría los viernes, junto con el programado mercado de flores.

Me parece extraordinario que nuestro pequeño rastro se instale en un lugar mucho más céntrico de lo que está ahora y más accesible para todos, pero recuerdo que en la mayoría de pueblos en que se celebra, se monta en domingo.

Y es que, cada día, cada cual tiene sus obligaciones, entre ellas ir a comprar aquello vital para lo cotidiano. Y las antigüedades, los trastos viejos, no son artículos de primera necesidad. Sería un absurdo celebrar este evento en día laborable. Todo un fracaso.

Ojalá que nuestro rastro cambie de ubicación y que sea para mejor, pero que se estudie bien el tema de las fechas porque, de lo contrario, podía llegar a desaparecer.