La Policía Rural de Vila-real ha constatado uns reducción "importante" en la cantidad de hurtos en los campos en los últimos años, como consecuencia de la mayor presión que se ejerce sobre los posible cacos, a través del incremento de la vigilancia que, en todo el término municipal, realizan durante el año los agentes que están adscritos a este departamento de la Policía Local.

Una vigilancia en la que, como ocurre en estos momentos, se hace especial hincapié en determinadas épocas del año, coincidiendo con el inicio y el final de la temporada citrícola, momentos en los que suele aumentar el valor de las naranjas.

Precisamente, los agentes rurales desarrollan en la actualidad una campaña de controles "para detectar posibles hurtos de variedades tardías, como la navel-late, valencia-late u ortanique, aunque también se ha detectado algún caso de intento de hurto de hernandinas", explican desde el cuerpo de seguridad.

Son unas 40 las identificaciones realizadas por la Policía Rural en las últimas dos semanas en una campaña que, además, también ha servido para detectar una disminución de los llamados caragoleros, personas que en los últimos meses habían provocado serios daños en los márgenes de huertos de todo el término municipal y que, incluso, supuso la incautación de más de 400 kilos de caracoles.

"La colaboración de los responsables de las cuadrillas es muy buena, lo que facilita la labor de los agentes", aseguran.

A este respecto, el intendente Ramón Martínez informa de que los agentes "realizan una media diaria de 400 kilómetros, tanto en el coche todo terreno como sobre motos, cuando las condiciones no permiten acceder a un vehículo de cuatro ruedas".