El concejal de Hacienda de Vila-real, Javier Serralvo, hizo ayer balance del primer año de legislatura, un periodo tras el cual, según señaló, “la situación ha mejorado de manera sustancial, sobre todo porque las empresas saben que el Ayuntamiento paga por los servicios que pide y porque es un consistorio austero, que no gasta más de lo que necesita”.

El pago a proveedores, el saneamiento de las cuentas públicas y el control del gasto, así como medidas como la supresión del ICIO, la rebaja de sueldos y asesores, la congelación del IBI o el plan de digitalización del registro de facturas, que permitirá a partir de la semana próxima incrementar el control y ajustar a dos meses el plazo de pago, son algunas de las medidas que destacó el regidor.

“En menos de medio año pagamos más de 4,5 millones de euros de facturas que el anterior equipo de gobierno había dejado pendientes, algunas con más de dos y tres años de retraso”, indicó, añadiendo que “con el plan de pago de proveedores estatal, el Ayuntamiento ya teníamos los deberes hechos para hacer frente a otros 2,2 millones más atrasados que se convertirán en tres millones por los intereses del crédito.

La anulación de 600.000 euros en facturas dudosas y el objetivo de bajar el endeudamiento hasta el 50% son otras de las acciones que resaltó Serralvo ayer. H