Cientos fueron ayer los vila-realenses que apostaron por echar mano de la imaginación y salieron a la calle haciendo gala de una destacada originalidad en la tradicional jornada de disfraces.

Y es que, a las alrededor de 1.200 personas que se dieron cita en la plaza Major, respondiendo a la cena organizada por la Comissió de Penyes, se sumaron muchos colectivos que no forman parte de esta organización festiva --que se cifran en unos 400-- la mayor parte de los cuales siguieron la tradición de disfrazarse el último viernes de las fiestas patronales de la Mare de Déu de Gràcia. Aunque cenaron en sus propios casal, posteriormente, salieron para compartir la llamativa celebración con otros.

El color no faltó en los divertidos y variados vestidos con los que los peñistas se caracterizaron de tiroleses celebrando la Oktober Fest (El Garbonet); de piratas y flamencos (Ara Sí que Sí); mandos de televisión (Desbarat); ninjas y samurais (Desquici); o personajes de cine y televisión, como los Picapiedra (L’Estraperlo).

Tampoco faltaron los disfraces de unicornios, vikingos, brujas, monjas y sacerdotes o los personajes más dispares de series de éxito como Juego de Tronos; o los míticos de Lucky Luke.

ALCALDE ‘HIPPY’ // El alcalde de Vila-real, José Benlloch, no dudó en meterse de lleno en la fiesta de los disfraces y, junto a los integrantes de la peña Vermelló, se caracterizó de hippy y disfrutó al máximo de la celebración.

Y es que la de anoche fue una de las veladas más divertidas y a la vez transgresoras de los festejos patronales de la Mare de Déu de Gràcia que, además, estuvo amenizada por un buen número de actividades musicales, repartidas por diferentes calles, especialmente de la zona centro. Fue el caso del Festival Touché, en la plaza Major; la discomóvil de la peña Feixuc, en la calle Zumalacárregui; o la actuación de la orquesta Supermagic, de la Beu i Fuig, en la calle Salvador.

Y el espectáculo de vacas enfundadas puso la guindilla a la antepenúltima jornada festiva.