Cruz Roja Vila-real desarrolla durante los últimos años sus diferentes actividades y programas sociales en varios lugares: su sede central de la calle Calvari, el Espai Jove, el centro cívico María de Luna, unos despachos dentro del Vivero de Empresas de la ciudad, el aula de informática de la Fundació Caixa Rural Vila-real (hasta que arrancaron las obras de reforma de este recinto) y la casa de barrio del Progreso, donde seguirán manteniendo la programación que realizan dirigida a las personas mayores.

Una diversificación de espacios que, como apuntan desde la entidad, dificulta en cierto modo las labores de coordinación de proyectos y a la que en un plazo de unos cuatro meses pondrán fin, una vez rehabilitado el edificio de la antigua estacioneta de la Panderola. En este sentido, la organización social confía en poder inaugurar esta nueva sede en el mes de mayo, en torno a las fiestas patronales de Sant Pasqual.

Ayer, la empresa adjudicataria de la remodelación de la estacioneta inició los primeros trabajos de la intervención, que supondrá una inversión próxima a los 50.000 euros, con la retirada de todos los muebles inservibles que todavía se acumulaban en este inmueble, que hasta noviembre del 2012 albergó el aulario de Infantil del colegio Carlos Sarthou, que quedó inoperativo tras caer parte del techo de este histórico edificio de la Panderola.

DESTINO SOCIAL // Una reforma que el concejal de Territorio, Emilio Obiol, destaca tanto por el hecho de devolver la actividad a un espacio que lleva unos años en desuso como desde el punto de vista de la solidaridad, «ya que lo ocupará una entidad que ofrece distintos servicios y programas de índole social», argumenta.

Por su parte, desde Cruz Roja Vila-real, su directora técnica, Arantxa Monsonís, asegura que, pese a tener que continuar desarrollando sus propuestas en dos espacios una vez se complete el traslado a la nueva sede, «la valoración no puede ser más positiva en todos los sentidos, ya que supondrá un alivio grandísimo». «Además, estaremos ubicados en un emplazamiento mucho más céntrico, lo que mejorará la visibilidad de la entidad y de las iniciativas que se impulsan», dice.

Con todo, la oenegé se ve obligada a alquilar un local en la avenida França, próximo al Espai Jove, que habilitarán como aulario para los planes de formación y como almacén de alimentos.