Platos elaborados atendiendo a recetas de la Edad Media, pero con los toques característicos de la cocina de nivel muy actual, es lo que anoche pudo degustar el centenar de personas que, un año más, se apuntaron para disfrutar de la Mostra de Cuina Medieval que, como de costumbre, llega de la mano de la Associació Gastronòmica de Vila-real, con la colaboración del Ayuntamiento.

Nombres sugerentes para las elaboraciones, pero, lo más importante, sabores que quitaron el sentido, fueron las características de los guisos que en su mayor parte sacan del Llibre de Sent Soví --de autor anónimo, escrito en valenciano y editado en el año 1324--, pero a los que un grupo de prestigiosos chefs vila-realenses añade su toque personal, después de varias reuniones para deliberar el contenido de la elaborada carta que se ofrece en la Mostra de Cuina Medieval.

Los comensales encontraron al sentarse las características cestas de fruta sobre las mesas --en aquella época era costumbre comerlas al inicio--, a las que siguieron una torradeta de requesón con sardina salada y aliñada con garum; una sopa de castañas con pollo de corral; pescado al horno con salsa de limón y almendra; cerdo al horno con miel y vinagre, acompañado con manzana y uva; y, como postre, un trozo de arnadí, un dulce típico de las comarcas del sur de Valencia y noroeste de Alicante, con calabaza, almendra, miel, huevos y canela como ingredientes básicos.

El espectáculo final fue, como ya es tradición, la salida al salón del recipiente con llesquetes en ou que se sirven flambeadas. «Comenzamos un poco de broma con este apartado y ahora la gente es lo que más espera en esta cena», explica el presidente de la Associació Gastronòmica de Vila-real, Ximo Abril. Una digestiva infusión de tomillo y un licor culminaron la peculiar cena.