La Crema de Vila-real a manos de las tropas borbónicas de Felipe V en el año 1706, los misteriosos golpes de Sant Pasqual --ya acreditados en el siglo XVIII--, el secuestro y posterior devolución del cuerpo incorrupto del patrón de la ciudad por parte de vecinos de la ciudad para que no se lo llevaran a València o una completa relación de las ermitas, capillas y conventos con que contaba en municipio entre mediados del siglo XVIII y principios del XIX.
Son algunos de los muchos apuntes del devenir de Vila-real desde su fundación que se recogen en el llamado 'Epítome Histórico de Villa-real', elaborado en gran parte por el fraile franciscano Juan Bautista Inza y, en el último periodo de escritura por el padre José Escuder. Un manuscrito que, como informó ayer Mediterráneo, estuvo desaparecido durante un siglo y que la casualidad y el empeño del que fuera archivero municipal Vicent Gil --alentado y ayudado por el arquitecto y estudioso vila-realense Joaquín Lizandra-- logró hallarlo en la Biblioteca Nacional de Catalunya.
La presentación
Precisamente ayer, la Casa dels Mundina acogió la presentación del trabajo que Gil ha plasmado en un libro, en el que se analiza al detalle un documento que, antes de su desaparición en 1914, ya había servido de base a publicaciones de diferentes historiadores y cronistas de la ciudad, como José Nebot, mosén Benito Traver, Carlos Sarthou, Lorenzo Nebot o Martí Cercos, entre otros muchos.
Un libro que se acompaña de un segundo tomo que reproduce en facsímil el manuscrito de Inza que, a partir de ahora, será de consulta obligada para todas aquellas personas interesadas en conocer la historia de Vila-real. Durante la presentación, tanto el alcalde, José Benlloch; como la concejala de Cultura, Rosario Royo, ensalzaron la labor llevada a cabo por Gil para, una vez clasificado el documento en el 2011 por los responsables de la Biblioteca Nacional de Catalunya, digitalizar el mismo y analizar, capítulo a capítulo, cada uno de los acontecimientos narrados en el mismo.
Nuevas referencias
El pergamino en el que los padres Inza y Escuder relatan la historia de Vila-real desde su fundación en 1274 hasta 1807, contiene numerosas referencias a las advocaciones religiosas en la ciudad, centradas en la Mare de Déu de Gràcia y en el Cristo del Hospital --a quienes Inza dedica sendos gozos--, y a Sant Pasqual, sobre el que, por ejemplo, se relata el traslado forzado por parte de vecinos de la villa de su cuerpo incorrupto desde el convento del Rosario a la actual iglesia arciprestal, para evitar que todo o parte del mismo acabara como reliquia en València.
Tampoco falta la mención a los populares golpes de Sant Pasqual que, en este caso, servían para recordar al padre Francisco Climent que era la hora destinada a la oración. Y se relata, con bastante detalle, el reparto de reliquias del patrón local y de la Eucaristía, básicamente entre órdenes religiosas, nobles y reyes, tales como Felipe IV; Artemisa Soria, duquesa de Gandia; Carlos VI; Felipe V, Carlos III de Borbón; o la mismísima reina de Francia, Teresa de Austria.
