REPORTAJE

Un final de dura carrera con pedida de mano y rumbo a Vila-real

En la línea de meta, tras la Transgrancanaria, Vanesa Berdejo pide matrimonio a Rubén Solera

Momento en el que Vanessa le pide matrimonio a Rubén, frente a la línea de meta de la Transgrancanaria.

Momento en el que Vanessa le pide matrimonio a Rubén, frente a la línea de meta de la Transgrancanaria. / MEDITERRÁNEO

No pudieron completar la dura carrera de fondo de la Transgrancanaria que, con un recorrido de 128 kilómetros y decenas de cuestas y bajadas, tiene como una de sus características fundamentales los cambios importantes cambios de temperatura entre las zona altas y las bajas.

Los vila-realenses Vanessa Berdejo y Rubén solera, pareja en lo personal y en lo deportivo, se quedaron a tan solo 27 kilómetros de llegar a la meta. «Con una inflamación extrema del tendón rotuliano, en el kilómetro 101 ya no pude seguir, después de ir arrastrando el pie unos 30 kilómetros», cuenta Solera a Mediterráneo.

La pareja de deportistas vila-realenses se fundió en un intenso beso tras la pedida de mano.

La pareja de deportistas vila-realenses se fundió en un intenso beso tras la pedida de mano. / MEDITERRÁNEO

Sin embargo, su participación en la que se considera como una de las pruebas reina de las ultra trails no pudo tener un final más feliz. Y es que Vanessa, en connivencia con la organización y tras trasladarles a ambos en autobús hasta la línea de meta, no dudó en sacarse una caja que contenía un anillo de compromiso y le pidió la mano a Rubén.

Vanessa y Rubén unen sus manos junto al anillo de compromiso que le regaló ella a él durante su participación en la 'ultra trail' de la Transgrancanaria.

Vanessa y Rubén unen sus manos junto al anillo de compromiso que le regaló ella a él durante su participación en la 'ultra trail' de la Transgrancanaria. / MEDITERRÁNEO

«Estaba como en shock, no entendía lo que estaba pasando, pensaba que era un sueño», afirma él vila-realense. Entre tanto, durante ese impás de incredulidad, ella le repetía en varias ocasiones: «¡Pero dime algo!». Un claro sí rompió el silencio de Rubén, a lo que siguieron los besos de dos deportistas enamorados. Y, como fondo, el sonido de los aplausos de decenas de corredores y espectadores en el lugar.

Ya están en Vila-real, pero...¿Y la boda? Probablemente para el verano y, seguro, que no será un casamiento al uso. De momento, todo indica que sus preferencias van en el sentido de hacer una fiesta al estilo ibicenco en la playa del Grau de Castelló. Con una pareja tan activa como esta, cualquier sorpresa es posible.

¡Enhorabuena!