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VILLARREAL CF

La crónica | El 'Sí se puede' lo canta el Cádiz, que tumba a un Villarreal estéril (1-0)

El equipo de Emery mostró una versión similar a la de Pamplona y Elche, y claudicó en el descuento

El gol del Cádiz llegó tras un despiste de Pedraza. Román Ríos / EFE

Cuando la euforia y el éxtasis por clasificarte para los cuartos de final de la Champions League te invade, cuando te ves entre los ochos mejores equipos de Europa y cuando vienes de realizar un esfuerzo descomunal en la máxima competición de clubs del planeta, lo más habitual es que cuando vuelves a la realidad de LaLiga, el batacazo sea mayúsculo. Y eso mismo vivió en sus carnes el Villarreal CF.

El conjunto de Unai Emery, pese a los ocho cambios que introdujo el técnico de Hondarribia, vio como el Cádiz le robaba la cartera en el último minuto del partido (1-0) con un gol sobre la bocina de Rubén Sobrino, tras despiste de Pedraza, que hizo que las gradas del Carranza se adueñaran del Sí se puede que enarboló la afición grogueta en la Liga de Campeones.

Dura e inesperada derrota que aleja a los de la Plana Baixa del sueño europeo tras un flojo partido en el que apenas inquietaron al guardameta local.

Cádiz nunca es una plaza fácil como quedó demostrado. El conjunto gaditano, necesitado de puntos en busca de la salvación, había preparado a conciencia una encerrona al Submarino, con quedada masiva de aficionados y un ambiente infernal en el mítico y remodelado Carranza.

Pero el día salió rana. La lluvia torrencial y el viento de Levante, con el Atlántico como espectador de lujo, privaron a los presentes de un mejor espectáculo.

A los de Emery les fue bien al principio, porque el gélido ambiente contrarrestó a la hinchada caliente de los locales.

Albiol y Aurier, en casa

El Villarreal jugó con ocho cambios con respecto a la goleada de Champions ante la Juventus, con Albiol y Aurier en casa, y Gerard y muchos de los titulares en el banquillo. Emery sorprendió con muchas más rotaciones de las previstas. Una de las principales fue la entrada de Asenjo en portería; Mario, Mandi y Pedraza acompañaron a Pau en la zaga; Iborra ejerció de escudero de Parejo; los extremos fueron Chukwueze y Moi Gómez y Boulaye Dia acompañó en ataque a Lo Celso.

Los amarillos, el Cádiz –el Villarreal jugó de rojo--, dominaron la medular, con Alcaraz y San Emeterio ganándole la partida a Iborra y Parejo, desconocidos. Y ello provocó que los de Sergio González gozaran de las mejores ocasiones en un primer acto para olvidar de los groguets. 

Una primera parte en la que los de la Tacita de Plata tuvieron hasta cuatro ocasiones de gol muy claras, de Chust, Espino, Choco Lozano e Idrissi, dos de ellas con buenas intervenciones de Asenjo.

El Villarreal, muy romo y con poca claridad de ideas apenas tuvo una acción de Chukwueze que obligó al meta Ledesma a despejar. Empate y gracias al descanso.

Revolución y derrota

En la segunda mitad, Emery realizó tres cambios de una tacada, dejando en vestuarios a Iborra, Parejo y Moi Gómez por Capoue, Coquelin y Danjuma. Con dichos hombres de refresco, el Submarino se asomó al marco rival, con el primer disparo a portería de todo el partido en el minuto 48, obra de Danjuma, que detuvo Ledesma. El problema fue que ese fue el único tiro groguet en todo el duelo.

Ni la entrada de Gerard y Yemery cambiaron el panorama para un Villarreal que se chocaba contra la defensa local y tuvo en Asenjo a su mejor hombre. El meta salvó tres más antes del gol de Sobrino, tras despiste de marca de Pedraza: 1-0 y para casa. Y en Cádiz entonaron el Sí se puede.

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