José Manuel Llaneza dijo al término de la final de Gdansk: «Ahora que hemos llegado, no queremos irnos». El carismático vicepresidente del Villarreal CF se refería al primer título logrado por el club. Hoy no podrá estar en Múnich, pero su claim iluminará la esperanza de un equipo que tendrá a millones de simpatizantes a su lado en esta eliminatoria ante uno de los tres clubs más poderosos del planeta fútbol, el Bayern, en la vuelta de los cuartos de final de la Champions League. El Submarino de Unai Emery se prepara con humildad para otra noche mágica.
La clave del éxito es trabajar siempre con la ilusión de conseguirlo, tener la ambición indispensable para creer que está a tu alcance si trabajas para ello, mostrar la humildad suficiente para nunca creer que la empresa es fácil y saber que estás obligado a ofrecer un punto más de esfuerzo que los que quieren obtener lo mismo que tú.
Con esa filosofía viajaba la expedición del Submarino a Múnich en un vuelo chárter de 400 personas, entre las cuales viajaban un buen grupo de aficionados, la avanzadilla de los que hoy volarán también a Alemania hasta completar los 1.500 que darán color amarillo a un estadio lleno con 75.000. El Villarreal despegaba del aeropuerto de València con las maletas cargadas de ilusión.
Emery transmite confianza al grupo
Unai Emery ha sido el primero en transmitir a sus jugadores que solo se puede lograr el objetivo si el Villarreal juega al 100% de sus posibilidades, optimizando su acierto y minimizando sus errores. Y el técnico vasco desplazó a toda la plantilla. Incluso a Alberto Moreno con sus muletas a cuestas después de la reciente intervención de ligamentos cruzados y en algunos momentos con una silla de ruedas para evitar cualquier sobrecarga, se subió al avión para sumar en un partido tan importante para el club. El sevillano siempre contagia positivismo y alegría y su presencia será un plus más.
Sin demasiados cambios
El once del Villarreal en el Bayern Arena no es en esta ocasión difícil de adivinar, salvo algún imprevisto de última hora. La misma formación y similar planteamiento que en el partido de ida en La Cerámica, donde los alemanes fueron superados por un equipo que les ganó la gran parte de los pulsos de un partido disputado a un ritmo frenético, con la intensidad máxima que exige la Champions. Emery hizo algo poco habitual en el fútbol al alinear a un equipo totalmente nuevo en LaLiga ante el Athletic y esta noche, con toda seguridad, alineará otro bien distinto ante el Bayern, el mismo que les puso contra las cuerdas.
El Bayern confía en la gesta
Julian Nagelsmann no dudó en reconocer entonces que el Villarreal dejó a su equipo con vida en la ida. El entrenador del Bayern se agarró a ese mínimo marcador de ventaja y al poderío arrollador de los suyos en su campo para advertir de que siguen siendo favoritos en esta eliminatoria. Pero Nagelsmann no cuenta con que los druidas de la pequeña aldea gala siguen removiendo su pócima mágica. Emery le buscará las cosquillas seguro. Afronta, como él mismo ha dicho, el mayor reto de su carrera profesional. Lo que sí es seguro es que el Villarreal saltará esta noche al Bayern Arena a competir. Que nadie lo dude. Sigamos soñando, motivos hay para ello.
