Primera División

La crónica | El Villarreal convence... y vence a la Real en la batalla de Anoeta (1-3)

Inteligente partido de un equipo de Marcelino sólido en defensa y letal en ataque para logran el triunfo con dos goles de Comesaña y otro de Sorloth 

Los jugadores del Villarreal celebran uno de los goles de Comesaña.

Los jugadores del Villarreal celebran uno de los goles de Comesaña. / EFE/Juan Herrero

Ismael Mateu

Ismael Mateu

Ahora sí. Venció y convenció, que no es lo mismo que ofrecer buenas sensaciones y marcharse con la decepción de no ganar. Esta noche sí, sí que brilló el conjunto de Marcelino García Toral quien, con su inteligente planteamiento, se llevó la ‘batalla de Anoeta’ ante la combativa Real Sociedad de Imanol, el equipo que más faltas hace de LaLiga y que vio cómo el Submarino le asestó tres golpes mortales, dos de Comesaña y otro de su ex Sorloth, que hicieron inútil el tardío tanto de Mikel Merino en la recta final para lograr una victoria por 1-3 que el combinado groguet necesitaba como el comer.

Tocaba dar un golpe en la mesa a LaLiga y el Submarino salió muy convencido al duelo en suelo donostiarra. Consciente de que Imanol plantearía un partido de brega, Marcelino apenas modificó el bloque de las últimas jornadas, manteniendo el doble pivote que forman Coquelin y Comesaña, que dan mucha consistencia al equipo, e intrudujo a Eric Bailly en el eje de la zaga, desplazando a Mosquera al lateral derecho.

El resto, los que llevaban cinco partidos seguidos sin perder, con artillería pesada en ataque con Baena y Akhomach en bandas, que defienden y atacan por igual, y Gerard Moreno y Guedes en punta como estiletes.

Comesaña pugna con Galán.

Comesaña pugna con Galán. / EFE/Juan Herrero

El Villarreal no quiso suicidarse al inicio y le cedió el balón y metros a la Real. Marcelino tenía un plan. El 4-4-2 del asturiano protegía la parte central del campo amarillo y le dejaba las bandas a un equipo vasco que no sabía qué hacer con el esférico.

Zarpazo amarillo

La Real cayó en la trampa ‘grogueta’ y apenas podía colgar balones al área y poco más. Cierto es que el primer aviso fue suyo, con un cabezazo de Brais Méndez que Coquelin salvaba bajo palos.

Un susto llegando al cuarto de hora, momento en el que el Submarino cambió de marcha. Akhomach, que volvió loco al tránsfuga Javi Galán, ponía un balón en el área a Guedes, que solo no acertaba ante Remiro, que mandaba el balón al córner. Un saque de esquina de Baena en el que se vio la estrategia ofensiva. Balón al segundo palo, pase de cabeza de Albiol y testarazo de Comesaña a la red: 0-1 y Anoeta enmudecido.

Comesaña celebra el 0-1.

Comesaña celebra el 0-1. / EFE/Juan Herrero

Un gol que vino seguido de otra gran acción en la que Gerard Moreno tuvo el 0-2, que evitó Remiro. Los amarillos tuvieron grogui los donostiarra media hora, pero en la recta final del primer acto Alberto Moreno evitaba el empate de Traoré y Zakharyan mandaba una falta al larguero. Descanso y buenas sensaciones.

Aprende de los errores

Al contrario de en anteriores salidas, el Villarreal salió con otra mordiente en la reanudación. El equipo ha aprendido la lección. De hecho, su presión en área rival dio sus frutos al minuto de iniciarse el segundo acto. Álex Baena ahogó a Kubo, le robó la cartera, se marchó de Le Normand y puso un balón que sonaba a música al corazón del área. Comesaña llegó y... ¡Bingoooo!

El 0-2 en el minuto 46 hacía saltar de júbilo a todo el banquillo ‘groguet’ y suponía un mazazo prácticamente letal para una Real que no sabía cómo acababa de recibir un gol de esa manera.

Con el viento, y la lluvia, a favor, el Submarino sacó el manual de cómo aguantar un partido en tierra hostil con el marcador a favor. Albiol, Alberto Moreno, Coquelin, Gerard y compañía hicieron que el resto de partido fuera un quiero y no puedo, encargándose Jörgensen de evitar, cuando hizo falta, cualquier atisbo de ocasión de gol hasta la recta final.

Solo en los últimos minutos los vascos inquietaron el marco del sueco-danés, que tras una doble parada vio cómo Mikel Merino acortaba distancias en el 86' (1-2).

Sorloth sentenció.

Sorloth sentenció. / EFE/Juan Herrero

Pero en una contra magistral conducida por Morales y con asistencia de cabeza de un inteligente Guedes, Sorloth establecía el 1-3 y condenaba a una Real que terminó ofuscada ante un Villarreal que este viernes, sí, convirtió sus buenas sensaciones en una victoria que debe ser el impulso definitivo para su reacción en LaLiga. 

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