Primera División

La crónica | El Villarreal se viene arriba en Girona y sigue en la pelea por Europa (0-1)

Un golazo de Bertrand Traoré al filo de la hora de partido, unido a una gran resistencia defensiva, da tres puntos de oro a un Submarino que todavía sueña con plaza europea 

Sorloth, Guedes y Femenía felicitan a Traoré, autor del gol.

Sorloth, Guedes y Femenía felicitan a Traoré, autor del gol. / EFE

Ismael Mateu

Ismael Mateu

El Villarreal CF se aferra a Europa, o al menos aspira a pelear hasta el final por una plaza para competición continental la próxima temporada. Con mucho oficio, implicación por parte de todos sus futbolistas y un fútbol práctico y efectivo en ambas áreas, el conjunto de Marcelino García Toral hizo algo que solo había conseguido hasta la fecha el campeón de LaLiga, el Real Madrid: ganar en Montilivi al equipo de moda del fútbol español y europeo, el Girona de Míchel (0-1), que pese a su excelente campaña está perdiendo fuelle en su propósito de finalizar como subcampeón.

Fue una victoria de autor, de las que agradan a los entrenadores. Como ya vaticinó Marcelino en la previa, y pese a que pudiera parecer un tópico, había que ser solidario y muy serio en defensa, y decidido y mortal en ataque. Y el Submarino lo fue, generó muchas menos ocasiones que su rival, pero las que tuvo fueron muy peligrosas. Y una de ellas fue aprovechada por un invitado sorpresa, Bertrand Traoré, quien en el minuto 58 anotó el gol del triunfo, un tanto con el que el club ya ha rentabilizado su llegada el último día del mercado invernal. Un tanto que vale tres puntos de oro y que permiten seguir soñando a los groguets.

Dura piedra de toque

El partido era una dura piedra de toque para un Submarino que sabía que necesitaba ganar si quería seguir teniendo alguna opción para disputar competición europea la próxima campaña. Por ello, Marcelino no se guardó ningún as en la manga, fue con todo, con alguna rotación dentro de la lógica, como la entrada de Santi Comesaña, tras cumplir sanción, por el lesionado Francis Coquelin, y la entrada de Bertrand Traoré --a la postre el héroe del partido-- por el joven Ilias Akhomach. El resto, los esperados y los que ganaron al Sevilla.

Parejo controla un balón.

Parejo controla un balón. / EFE

Los amarillos sabían que solo valía ganar y esperar para meter presión a una Real Sociedad que es 7ª y ahora está a solo a tres puntos, ya que tiene 54 unidades, y al Real Betis, 6º con 55, cuatro más que los de la Plana Baixa que ahora suman 51, conjuntos que marcan respectivamente las plazas de Conference y Europa League.

Con ello, el combinado groguet planteó un partido ‘made in Marcelino’, similar al de otras complicadas salidas en el presente ejercicio. Consciente del hambre de balón que tiene habitualmente el Girona y de que una de las mejores bazas del Submarino son sus transiciones defensa-ataque, el asturiano hizo que los suyos esperaran a los de Míchel en su parcela, mordiendo en la medular y saliendo a la contra en busca de asestar golpes mortales con puñales del calibre de Sorloth, Guedes, Álex Baena y el burkinés Bertrand Traoré.

Intercambio de golpes

El duelo fue más atractivo en el verde que la pasión que le pusieron los poco más de 11.000 espectadores que presenciaron el choque. En el primer acto, el Girona tuvo el esférico un 66%, un dominio con poca mordiente pese a las nueve oportunidades que tuvieron los locales, ya que Jörgensen solo tuvo que intervenir, con un paradón eso sí, en una ocasión ante Dovbyk.

Por contra, el Villarreal era mucho más vertical, liderado por Sorloth y Baena como estiletes, aunque el caudal ofensivo groguet solo duró 20 minutos. Eso sí, las de los citados Sorloth y Baena y de Parejo y especialmente Traoré (paradón de Gazzaniga) fueron cuatro acciones de gol muy claras.

Golazo y aguante

Sin cambios y con un guión similar arrancó la segunda mitad, en la que los de la Plana Baixa no pudieron sacudirse ese dominio ‘a lo Manchester City’ que impregnó el Girona, pero nuevamente Jörgensen, que estuvo muy bien en las salidas y juego aéreo, apenas tuvo que lucirse, bien respaldado por dos inconmensurables Yerson Mosquera y Eric Bailly, dos muros cuya labor en Montilivi equivale a cuando un ariete marca en el 90’.

No fue en el 90 y sí al filo de la hora de juego cuando Traoré no perdonó, aprovechando un rechace que le cayó a su ‘zurdita de oro’. Golazo al palo contrario, 0-1 en el 58’ y a remar. El Villarreal supo sufrir, supo resistir y se llevó una victoria crucial que le mantiene en la pelea por la Conference.

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