Realizar la compra puede convertirse en un verdadero ritual. Hay personas que van a diario. Otras acuden cada semana al supermercado y hay otras que optan por una gran compra mensual. Sea como sea, lo que está claro es que en los últimos años la cesta de la compra de las familias de Castellón ha cambiado. Y lo ha hecho sustancialmente. Los consumidores no llevan en las bolsas del supermercado o de la tienda del barrio lo mismo que hace cinco años. Hay productos que se consumen menos y, otros en cambio, que han escalado varias posiciones, según se deduce del último anuario de la alimentación 2014, que cada año edita la empresa pública Mercasa.

Y el primer cambio que recoge el estudio estadístico se refiere a la cantidad de dinero que cada vecino de Castellón dedica a la cesta de la compra. Hoy el gasto per cápita asciende a 1.497 euros al año (5.988 en el caso de una familia con cuatro miembros). Hace seis años era de 1.353 (5.312 por unidad familiar). Conclusión: con la crisis económica las familias de la provincia se han apretado el cinturón, han gastado menos en viajes y en la compra de ropa o electrodomésticos, pero no han recortado el gasto en alimentación, que sigue intocable, y ha crecido casi un 10%.

Se gasta más en alimentación pero el dinero se distribuye de otra manera. Con los años, las preferencias del consumidor han ido cambiando y, ahora, el 22% del presupuesto se destina a la compra de carne y embutidos, una partida que no ha hecho más que crecer. En las carnicerías del barrio o del supermercado cada consumidor de la provincia se deja 339 euros al año, 35 euros más que antes de la crisis. El consumo de carne sigue mandando (las estadísticas hablan de que cada castellonense ingiere 56,3 kilos de carne al año), mientras que el de pescado continúa prácticamente igual o con una ligera tendencia a la baja: 181 euros per cápita al año, un euro menos que hace seis años. Castellón es, además, una de las provincias del país donde menos pescado se consume (apenas 25 kilos al año por persona), casi un 10% menos que la media nacional.

MENOS PAN Y MÁS CERVEZA // Hay otros alimentos que están de capa caída o, al menos, tienen menos peso en las preferencias de los consumidores de la provincia. Y el producto que se lleva la palma es el pan. Hoy supone el 5,8% del gasto total de una familia en alimentación, cuando hace seis años el porcentaje se acercaba al 7%. En consecuencia, el consumo de pan se queda en unos 36 kilos por persona y año. Hace treinta años era de casi 135 kilos.

Baja el gasto en pan y sube de forma destacable la cerveza. Nada menos que, de media, cada castellonense bebe 20 litros al año de cerveza, una bebida que ya supone el 1,4% del gasto en alimentación. Antes de la crisis económica, la ingesta era algo menor, de 18 litros por persona y año.

La estadística del Mercasa revela también que Castellón destaca por el consumo elevado de unos determinados alimentos. En la provincia se gasta más en la compra de agua mineral, hortalizas frescas, arroz, cerveza y carne de pollo, pero hay un consumo inferior a la media nacional de otros productos. Y entre ellos hay que citar los huevos, las frutas frescas, el pan, la leche, el pescado y la carne de vacuno. H