Desde que Cataluña abolió las corridas de toros, la polémica ha corrido como la pólvora en todo el país, sobre todo en la Comunitat Valenciana, y en especial en Castellón, puesto que es una de las provincias donde más toros se exhiben a lo largo del año, ya no tanto de plaza, sino de calle.

En la Generalitat siempre se ha tenido claro, desde un primer momento, que la defensa del mundo taurino es una prioridad. Por ello en este caso los políticos están al lado de los aficionados y reman en la misma dirección, defendiendo esta práctica como una tradición que forma parte de las costumbres castellonenses.

Con este objetivo, esta misma semana el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, se ha reunido con varios representantes del mundo taurino para reivindicar la importancia que desempeña la figura del toro en cualquiera de las fiestas que se organizan en los municipios, donde la res es la protagonista de su programa.

Asimismo, las peñas, las asociaciones taurinas y los alcaldes de la provincia también han querido mostrar su apoyo al bou per la vila, y afirman que lo más importante es el respeto y la seguridad en todos los actos que se programan.