El Ayuntamiento de Castellón ya ha tomado una decisión sobre el futuro de la cruz del parque Ribalta: en el 2018 la quitará de su emplazamiento actual y la reubicará en otro sitio todavía por decidir, aunque, a priori, se baraja colocarla en uno de los dos cementerios de la ciudad.

Según explica la portavoz del equipo de gobierno y concejala de Cultura, Verònica Ruiz, se encargó un informe a la Conselleria de Cultura para que determinara si su retirada podía afectar a la declaración de Bien de Interés Cultural del parque Ribalta donde se encuentra y si sería necesaria una modificación del mismo, «y aunque todavía no tengo el documento físico en mis manos, desde la Conselleria ya me han avanzado que será favorable, es decir, que la retirada de la cruz no afecta al BIC, por lo que tenemos luz verde para reubicarla y buscarle un lugar más idóneo».

otras localidades // Hay precedentes, asegura, «como en Morella, donde ya se han retirado símbolos franquistas localizados en bienes de interés cultural». Además, insiste Ruiz, «la cruz no tiene valor artístico y es claramente un símbolo franquista». «En ningún caso queremos atentar contra la simbología cristiana, pero se tiene que respetar la ley de Memoria Histórica».

Es la primera vez que el equipo de gobierno se pronuncia públicamente sobre el futuro de una cruz cargada de historia que en los últimos meses ha sido noticia. Lo ha sido por el informe de la historiadora de la UJI Rosa Monlleó que, aunque no es vinculante, insta a reubicarla en el viejo cementerio y fue aprobado por el comité técnico para la valoración de la retirada de vestigios relativos a la guerra civil y la dictadura en la Comunitat; también por el apoyo de Amigos del Ribalta a esta decisión; por la creación de una plataforma en defensa de la cruz que ha recogido más de 14.350 firmas para que no la retiren; y por la polémica procesión del Viernes Santo, en la que el capataz de la cofradía de Santa María Magdalena dedicó una levantada «a los Caídos y a la Cruz del Ribalta, que nos quieren quitar».

PACTE DEL GRAU // La decisión de retirarla se toma por el equipo de gobierno después de un trabajo que se inició a instancias de Compromís. Su portavoz en el Ayuntamiento de Castellón, Ignasi Garcia, explica que con ello «se cumple uno de los acuerdos recogidos en el Pacte del Grau, que es cumplir la ley de Memoria Histórica». A su parecer, este paso, que no estará exento de controversia, «es necesario y de justicia».

El acuerdo se materializará el próximo año, por lo que la reubicación se presupuestará en las cuentas municipales del 2018. Según la portavoz del equipo de gobierno, «la intención es que el traslado cueste lo mínimo», aunque no se conoce aún el coste.

Se levantó en 1944 con el nombre Cruz de los Caídos, y en 1979 se decidió dedicarla a todas las víctimas de la violencia. Lleva 73 años en el parque Ribalta.